27-J

Mañana se cumplen cincuenta años del primer asesinato de ETA: Begoña Urroz, de veintidós meses. Por eso, el 27 de junio es el día de homenaje a las víctimas del terrorismo. Seguimos demandando memoria, dignidad y justicia. Y es que la Fundación de Víctimas estima que aún 330 atentados de ETA están sin juzgar, entre ellos, el que nos mutiló a mi madre y a mí hace casi 19 años.Tampoco nos olvidamos del resto de las víctimas de la violencia. Desgraciadamente cada vez somos más. Las fuerzas y cuerpos de seguridad lamentan carecer de herramientas necesarias para hacer frente a las nuevas formas de criminalidad. Quizá estemos precisando otros medios legales que permitan combatirlas. Igual que los que usan la violencia renuevan y mejoran sus vías para sembrar terror, los que velan por nuestra seguridad tienen también que renovarse e incluso actualizar leyes susceptibles de ser burladas. No puedo dejar de pensar en el caso de Sandra Palo, que nos estremeció hace ya siete años y que desde ayer dejó limpio a su asesino. Para cualquier asesinato es necesaria una justa condena, sin eximentes, y no por venganza, sino para que no vuelva a repetirse. El Defensor del Pueblo denunciaba hace poco «inconcreción» de la Ley del Menor respecto a delitos de menores de catorce años. Pues no queremos «inconcreciones» en algo tan serio y necesario como es la justicia.