Barcelona
La buena senda
En las protestas de la izquierda contra Aznar por la guerra de Irak, los principales periódicos alineados con el PSOE llevaron a sus portadas participaciones de hasta casi tres millones de personas en Barcelona. En esos momentos, la Ciudad Condal apenas superaba los 1,7 millones de habitantes. Ayer, los sindicatos murcianos defendieron haber concentrado al menos 60.000 funcionarios, cuando la Región solo cuenta con 55.000. La guerra de cifras es consustancial a cualquier acto reivindicativo de carácter masivo, pero de ahí al disparate hay un trecho, que con frecuencia se suele sobrepasar. No es cuestión de cifras, sino de resultados, y entre ellos, el principal, que el Gobierno y los agentes sociales se sienten a hablar de los problemas que se manejan. En principio, todo apunta a que los sanitarios estarían dispuestos a aceptar las condiciones puestas sobre la mesa por el Ejecutivo Valcárcel. Mientras que los docentes no se niegan ahora a hablar, pero sí establecen un calendario de negociaciones que conduzca a la solución del conflicto planteado por las medidas de ajuste de Valcárcel. Parece ser que entramos en la buena línea, la que nunca ha cerrado el Gobierno de la Región y en la que siempre han estado los sindicatos, y de la que curiosamente se apartaron el pasado 22 de diciembre. Hablando se entiende la gente, que es justamente lo que hace falta para que ya nuestra maltrecha economía no sufra más de lo que los tiempos nos marcan. Ójala todos los conflictos puedan resolverse con el diálogo, el entendimiento, sin renuncias de ningún tipo. Eso sí, siempre que no haya bofetadas por en medio.
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