ETA amenaza con el fin de la tregua

En este caso, pretende que la culpa sea de los gobiernos de España y Francia. La banda no ha superado lo que fue uno de los mayores errores de su historia, el atentado contra la T-4 de Barajas, durante la anterior tregua. Por eso, ahora trata de responsabilizar a los demás, si decide la ruptura.

«Maquiavelismo»
El «maquiavelismo» de salón de los terroristas les ha llevado a preparar una serie de mensajes, dirigidos a la opinión pública y, en especial, a su militancia, según los cuales, ellos están haciendo lo posible para que el «proceso» salga bien, pero se enfrentan con la posición de Madrid y París, que no quieren pasar por el aro. Lo que evitan decir, es que exigen una negociación sobre los asuntos de siempre: la independencia del País Vasco con la anexión de Navarra, presos, amnistía, etcétera.

Subyace también en el comunicado, según medios antiterroristas consultados por LA RAZÓN, el fracaso de ETA: desde que anunció el alto el fuego, no ha conseguido nada, ni una sola cesión del Gobierno que, con el apoyo del Partido Popular, mantiene la misma estrategia contra la banda. «Sangran por la herida y eso demuestra que las cosas, con firmeza, se están haciendo bien».

Por su parte, fuentes del Ejecutivo, consultadas por este periódico, declinaron hacer muchos comentarios sobre el comunicado, lleno de «victimismo»: «Menos literatura y más dejar las armas».

Reglamentario
El publicado ayer en «Gara» es el comunicado «reglamentario» que hace ETA siempre a los tres meses de anunciar una tregua. LA RAZÓN, en su edición del pasado viernes, adelantó que la banda podía hablar en cualquier momento. Txelui Moreno, uno de los portavoces de la llamada «izquierda abertzale», había leido una nota en la que se decía que la voluntad de España y Francia era la de «perpetuar el conflicto».

Los terroristas incluyen una frase, que puede ser interpretada como que existen contactos de algún tipo con ellos: «no es compatible que en ciertos ámbitos, de manera callada, se haga expresión de un presunto propósito de emprender la solución y sostener la estrategia represiva».

A este respecto, el mismo portavoz del Gobierno señaló que en el comunicado, ETA lamenta que los Ejecutivos de España y Francia «no hayan aceptado nuestra oferta». El asunto –agregó– «no merece más atención».

Bajo el paraguas de la «verificación internacional» del alto el fuego, ETA ha redactado un comunicado con amenazas latentes y mensajes de que el «proceso» no avanza. Para los pistoleros, Madrid y París «prefieren mantener la imposición y que la situación se pudra tal cual».

«En estos tres meses, la negación y la represión no ha conocido parón. Actúan de manera violenta contra la oportunidad que se acaba de abrir». En el tono de cinismo habitual, establece que en el País Vasco y Navarra se configuran ahora dos bloques diferentes: «quienes queremos abrir un escenario de libertad, y por otro, los que quieren mantener el bloqueo y la imposición.

Existe una confrontación entre quienes queremos recorrer un proceso democrático y entre quienes quieren cerrar bajo llave la oportunidad que ha nacido». Como subrayan los expertos antiterroristas, ETA, en su afán de exculparse y responsabilizar a los demás, pretende hasta cambiar la historia.

Los pistoleros hacen un llamamiento a que se produzca la mayor acumulación de fuerzas políticas (en torno a Batasuna, como han hecho Eusko Alkartasuna y Alternatiba) «para derribar (sic) el muro que España y Francia quieren levantar y secuestrar la palabra de los vascos».

La banda quiere que se realice una verificación «informal» de su alto el fuego, pero no muestran ninguna esperanza de conseguirlo. Para los que han asesinado a más de 800 personas, y secuestrado a Ortega Lara y Miguel Ángel Blanco, al que mataron con toda la vileza posible, el Gobierno «prefiere la oscuridad de las salas de torturas de los cuarteles de la Guardia Civil».