Medidas económicas

EL ANÁLISIS: Deuda americana: guerra y paz

La Razón
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- El conflicto
A día 2 de agosto, a cinco meses del final del año, el Gobierno americano se queda sin dinero para seguir haciendo frente a todos sus pagos y se encuentra con que ya ha alcanzado el tope de su capacidad legal de endeudamiento: 14,4 billones, casi exactamente el PIB, es decir, toda la riqueza que el país produce en un año. Si hay un techo legal se supone que es para que el Gobierno no se desmande, pero, pintoresquismo de la política americana, los gobiernos consiguen del Congreso que se lo cambien a placer. No así esta vez, porque la crisis y la prodigalidad de Obama han suscitado la creación de un impetuoso movimiento conservador, el Tea Party, dispuesto a acabar con la francachela del gasto y la expansión de los impuestos. Su objetivo de fondo es que el Estado no debe seguir creciendo a costa de los ciudadanos. Desde las elecciones del medio mandato dominan la Cámara Baja. No quieren elevación del techo, no quieren más impuestos, quieren equilibrio presupuestario mediante reducción del gasto. Estamos hablando de billones y de un período de una década.

- Negociación y compromiso
Se entabla una larga y tensa negociación entre las partes. Se proponen toda clase de combinaciones respecto a topes, ahorros, impuestos y plazos. La Casa Blanca maneja con truculencia el espectro de la suspensión de pagos y sus terribles consecuencias, pero su gran preocupación reside en las elecciones del próximo año. Ante todo quiere que el tema desaparezca de la campaña, mientras que los republicanos desean mantenerlo como central. Los objetivos máximos del «Tea Party» son inalcanzables frente a un Senado y una presidencia demócratas, y mucho más si los republicanos se escinden respecto a lo que sea un compromiso ventajoso. El acuerdo parece imposible pero se alcanza en la noche del domingo. Nadie quiere asumir el fracaso. Sube el techo menos de lo que Obama quisiera, no hay nuevos impuestos, los recortes de gastos no tienen la magnitud soñada.

- Ganadores y perdedores
La cuestión no queda resuelta pero sí planteada para el futuro en términos conservadores. Los del «Tea Party» no se sienten satisfechos, no querían compromiso, pero no hay más que ver los titulares americanos: los de la izquierda lloran amargamente la derrota sufrida, los de la derecha se regocijan de su victoria. Sin lugar a dudas, aunque no sea la definitiva.