Artistas
Teatro al cubo en el Corral
"Canterbury". A partir de la obra de G. De Chaucer. Dramaturgia: Ferrán Farré y Nuria Casado. Dirección: F. Farré. Reparto: F. Farré, Núria Casado, Toni Vílchez. / "La tempestad". A partir de la obra de Shakespeare. Creación colectiva de Chapitô. Dirección: John Mowat. Reparto: Jorge Cruz, Tiago Viegas y Marta Cerqueira. Corral de Comedias. Almagro, 22-VII-2011.
Como en toda buena fiesta popular, el Festival de Almagro reservó para su último fin de semana la traca final. El viernes, el Corral ofreció la poesía en pequeño formato de unos ya mediofondistas Chapitô -quince años llevan en la carretera-, compañía portuguesa de prestigio, con "La tempestad"como juguete. La noche permitió la posibilidad de la analogía con el doble programa del Corral de Comedias.
A las 20:30 h., antes de los lusos, actuaron los autóctonos Nurosfera, con "Canterbury". Ambas compañías comparten puntos de partida y no pueden, a la vez, ser más diferentes. Las une el humor y el trabajo de gesto. Ambas se presentaban con esencias de autores ingleses, Chaucer y Shakespeare, deconstruidos respectivamente en espectáculos de creación propia. Las dos, además, propusieron un trío con dos actores y una actriz, una formación de brevería que les obliga a exprimirse el limón para que surja el torrente de la imaginación.
Cerrado el capítulo de hermandades, la noche dejo sabores diferentes. "Canterbury", quede claro, es un dignísimo montaje a cargo de unos cómicos de raza. Pero acaso el Corral no sea su lugar. La propuesta, teatro bufo, popular y canalla, con guiños a la tradición del títere de cachiporra, escatología sin complejos y "cuernología"varia, con el más puro respeto a los cuentos de Chaucer, arrancaron risas al respetable, pero la comicidad no levantó vuelo hasta que el trío aborda un redondo cuento de infidelidades medieval con teatrillo incluido. Los cambios de personaje de Ferrán Farré, Núria Casado y Toni Vílchez, su buscada sobreactuación y una puesta en escena apoyada en onomatopeyas y ruidos pregrabados, configuran un espectáculo cuyo espacio natural es la plaza o la calleja, lugares donde buscar la sonrisa del niño. Pero no el escenario más emblemático del certamen.
"La tempestad"
Muy distinto es el caso de "La tempestad". Otro trío, en efecto, pero teatro mayúsculo y poético, pequeño gran teatro. Nacidos como compañía en 1996, estos lisboetas se sirven de Shakespeare como mero armazón para un alarde de ingenio. Acierto enorme es viajar al pasado para contarnos el divertido nacimiento de la princesa Miranda, el amor por la magia de su padre, Próspero, y la traición de Antonio. Desterrados a la isla, conocen a la criatura Caliban, vástago de bruja y demonio, que bien pudiera ser el Gollum de "El señor de los anillos", y luego, ya conocen la historia, liberan al espíritu Ariel, etcétera.
¿Y Shakespeare? Aquí y allá, en esencia, que no en texto, y apenas se le echa en falta, porque Chapitô, sobresaliente formación, regala hora y media de teatro gestual y lirismo, de delicados juegos con tan sólo una omnipresente tela negra, que ahora se convierte en mar brava (¡qué escena, la de la tempestad del comienzo!), luego en tálamo y después en ropajes reales.
Pero también hora y media de desbordante esfuerzo físico, medida coordinación y deslumbrante comedia en la que nada falla. Jorge Cruz, Tiago Viegas y Marta Cerqueira beben de la danza contemporánea con cuerpos que se arrastran y brincan, y del teatro de objetos, sin olvidar que la voz existe cuando, en español, reinventan a Shakespeare. Hay, en fin teatro al cubo en este trío mágico. Veremos si los, no tres, sino treinta integrantes del "Quijote"chino que cierra el certamen mantienen igual de alto el listón.
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