Gerona

«Me lo manda el demonio»

Los servicios funerarios esperan la salida del cadáver ante el portal
Los servicios funerarios esperan la salida del cadáver ante el portallarazon

En una mañana en la que parecía poseído por el demonio, o eso dijo él, un hombre, Marcelo R.O., decapitó a su hija de año y medio en Gerona, al parecer con un cuchillo largo, mientras la hermana de la víctima, de seis años, estaba mirando la televisión y la madre se encontraba en el trabajo. Fue el propio presunto parricida quien avisó de los hechos al teléfono de emergencias 112, siendo detenido poco después, no sin antes ofrecer una durísima resistencia. Los hechos ocurrieron sobre las 12.00 horas en el domicilio familiar, situado en el número 8 de la calle Oviedo de Girona. Todo parecía tranquilo hasta que, el hombre, de nacionalidad colombiana y 34 años, oyó como el demonio le decía «tienes que matar a tu hija».

Aprovechando el ruido de la televisión, degolló brutalmente a la pequeña, que murió en el acto. El presunto parricida llamó al 112 y explicó que el demonio «le había empujado» a cometer el brutal homicidio. Una patrulla de los Mossos d'Esquadra se presentó poco después en el lugar de los hechos y detuvieron al hombre, que ayer permanecía en dependencias policiales.

No obstante, la detención no fue nada fácil. Fueron necesarios entre cuatro y cinco agentes para detener al agresor, que mientras se resistía seguía insistiendo en su versión «diabólica» de los hechos. Finalmente, cuando pudo ser esposado, empezó a emitir sonidos guturales, que obligaron a que fuera sedado por los Servicios de Emergencias Médicas. Más tarde y más calmado, reconstruyó los hechos.

La hija de seis años no se enteró de casi nada. Los servicios sociales se hicieron cargo de ella temporalmente. Por su parte, la madre tuvo que ser atendida por un psicólogo cuando conoció los hechos. La consternación vecinal era total. El estupor se convirtió en odio cuando el detenido salió a la calle esposado, siendo insultado e increpado por las numerosas personas presentes. Ninguno de los vecinos consultados recordaba conflictos de esta familia.