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Un artesano para el Pritzker

Un artesano para el Pritzker
Un artesano para el Pritzkerlarazon

MADRID- Tiene 48 años y una obra, según el jurado, «artesanal, respetuosa con el medio ambiente y de gran profundidad filosófica, en la que conviven de forma armoniosa tradición y modernidad». Él se ha mostrado satisfecho, honrado y sorprendido: «Este premio hace que me dé cuenta de la cantidad de cosas que he realizado en la última década. Y es una prueba de que el trabajo duro y la perseverancia conducen a resultados positivos», declaró quien cree que vivimos demasiado presos del reloj y es un entusiasta y practicante de la «slow build» o arquitectura lenta: «Hace cien años, el ritmo de vida chino era más lento que en la cultura occidental. Hoy nos hemos convertido en los más rápidos. No nos queda tiempo para reflexionar», se lamentaba en una conferencia en la Escuela de Chaillot el 31 de enero pasado. Wang Shu es la antítesis del arquitecto estrella. Se tiene por artesano y «amateur», de ahí que haya bautizado a su estudio con este calificativo.
Nacido el 4 de noviembre de 1963 en Urumqi, en la región autónoma de Xinjiang, Wang sólo ha trabajado dentro de China y ha desarrollado la mayor parte de su obra en Hangzhou, a 170 kilómetros al suroeste de Shanghái, donde dirige desde 1997 junto a su esposa el Estudio de Arquitectura Amateur, nombre que refleja su personalidad.

Firmeza, utilidad y belleza
El lema de Vitrubio «Firmitas, Utilitas, Venustas» (Firmeza, Utilidad y Belleza) se puede leer al dorso de la medalla que se entrega al galardonado, junto con una dotación económica de 100.000 dólares y que este año, y por primera vez, se hará efectivo en Pekín el próximo 25 de mayo. Wang Shu ya se puede codear con Nouvel, Foster, Moneo, Renzo Piano, Óscar Niemeyer y Souto de Moura, galardonado el año pasado. Es el segundo chino en obtener el premio tras I.M. Pei en 1983. Tres de sus obras principales son la Biblioteca del Colegio Wenzheng en la Universidad de Suzhou, el Museo de Historia de Ningbo y el Campus Xiangshan de Bellas Artes de Hangzhou, así como el pabellón de Tengtou-Ningbo en la Exposición Universal de Shanghái. En todas se marcan las características que definen su obra: economía de medios, utilización de materiales pobres y protección y cuidado del medio ambiente.