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El PSOE no sabe cómo renovarse (I)
El PSOE vive su crisis más intensa de los últimos cincuenta años. Ni siquiera cuando el congreso de Surennes, en la que contra todo pronóstico fue elegido Felipe González para dirigir el nuevo socialismo del «interior», la catarsis amenazaba como lo hace ahora. Desde hace ya poco más de un año, el PSOE ha ido a la deriva, sin capacidad para recomponerse y atado de nuevas y viejas inercias hasta convertirlo en un aparato más burocrático que un partido moderno, que es lo que demanda la sociedad y buena parte de la militancia. Y es aquí donde aparecen los dos candidatos (Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón), que ya lo fueron el pasado verano, dispuestos a reeditar el choque en el que salió victorioso el primero de ellos, pero que tuvo que asumir la derrota electoral más apabullante del socialismo español. La elección entonces era para encabezar la candidatura del PSOE frente a Rajoy, mientras que ahora se trata de alzarse con la codiciada secretaría general, cargo para el que en principio parece estar más preparado que la catalana de l'Hospitalet de origen almeriense. Cuenta el cántabro a su favor con una paciencia demoledora, conoce los vericuetos del Gobierno y es capaz de maniobrar donde menos se lo imagine uno, aunque la catalana sabe mejor que su adversario que lo que necesita el PSOE es que se le remuevan hasta los cimientos, y para ello se precisa barrer hasta la «vieja guardia», que es quien dificulta en estos momentos cambios de semejante calado. Hay quien apunta a que tal vez Rubalcaba sólo aspire a la secretaría general y no a repetir como candidato, lo que le pondría como el «malo» de la película y quien haría el trabajo sucio de oposición para allanar el camino a un nuevo líder con carisma y capacidad de derrotar al PP. Pero todo ello está por ver, pues el apego que demuestra al poder (interno o externo) del partido hace que se piense en él como alguien que no sólo llegará para dirigir la transición pero que no continuaría después. La ex ministra de Defensa también es corresponsable de lo que sucede en el PSOE y en el PSC, aunque a la hora de situarla encaja mejor en el perfil de «moderna» que no de «vieja guardia» o «patanegra». Será, sin duda, un congreso para no olvidar, pues con esas dos candidaturas, o tres, poca o ninguna renovación llega a la dirigencia máxima del PSOE y eso ahondaría aún más, si cabe en la soledad que vive el escapado del pelotón: Se sabe el primero para la etapa, pero no que no le alcancen por el camino, le fallen las fuerzas o en la general siga mandando otro corredor que no tuvo su día. Rubalcaba versus Chacón o Chacón versus Rubalcaba, la pelea para suceder a Zapatero vuelve a escena y con el dilema todo el partido. Los murcianos están con la misma prótesis, pero mañana hablaremos de ellos.
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