Ciencia y Tecnología
En-red-ados por Irene Villa
LA RAZÓN publicaba esta semana «el nuevo hábito que comparten en la cama 300 millones de personas», que no es otro que conectarse a la red, hasta en la cama. Y es que cada vez somos más dependientes de internet. Con los «smart-
phones» el número de adictos a las nuevas tecnologías se ha multiplicado, con la negativa consecuencia de que resulta ser algo que facilita el aislamiento y la inmersión en un cibermundo que te aleja de la vida real. Las necesarias e irremplazables relaciones cara a cara están siendo sustituidas por una pantalla y unas teclas. Se están sacrificando así momentos de ocio ideales para fomentar y mantener relaciones sociales, fortalecer lazos familiares, amar a los tuyos... Además, la evolución es también utilizada por los que viven empeñados en resaltar la parte menos evolucionada y más dañina del hombre. Los que utilizan la violencia como medio de expresión han encontrado en la red una forma rápida y efectiva de llegar y acosar a sus víctimas. De ahí el peligro que corren los más pequeños y el compromiso de todos con su protección. Pero no vamos a quedarnos con esta parte oscura minoritaria. Lo que consigue internet de forma masiva es encandilar y además de unir, conectar con personas del pasado, del otro lado del mundo, descubre también la soledad más acuciante. Con lo bonito que es mirarse a los ojos.
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