Los observadores logran acceder al lugar de la matanza

Un grupo de observadores de la ONU ha conseguido acceder a Tremseh, en la provincia de Hama, escenario donde se produjo la última masacre de las fuerzas de Asad, donde murieron al menos 200 personas. Fuentes de Naciones Unidas afirman que los miembros escogidos para realizar la misión tuvieron problemas para entrar en la aldea debido a que se encontraban acompañados por fuerzas del ejército sirio y los residentes se negaban a dejar entrar a los militares. Tras unas horas de espera y diversas negociaciones consiguieron entrar al lugar. Los observadores investigaron todo lo ocurrido en Tremseh y posteriormente se trasladaron a la ciudad de Hama para continuar con la investigación. Robert Mood, jefe de la misión de los observadores en Siria, manifestó ayer en Damasco que estaban preparados para acceder al lugar siempre que se garantizase un alto el fuego local, a pesar de que sus operaciones para supervisar la situación del país estén suspendidas desde mediados de junio debido a la inseguridad que genera la difícil situación. La masacre de Tremseh se une a otras masacres como la de Hula, en la que perdieron la vida al menos 165 personas, y los ataques sistemáticos en las ciudades de Homs, Hama o Deraa. Pese a los intentos de unidad de la oposición, persisten las diferencias sobre la forma de acabar con el régimen ya que el Consejo Nacional Sirio se decanta por una intervención militar y la oposición interna prefiere una solución política al conflicto. La Liga Árabe, por su parte, ha convocado una reunión extraordinaria en Doha para el 22 de julio con el fin de analizar todo lo relacionado con las matanzas en Siria.