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Fraile arremete contra Julio Iglesias por Jesús MARIÑAS
«Ahora entiendo más vuestro trabajo», me dice Alfredo Fraile, el antiguo mánager de Julio Iglesias, aliviado tras rematar el capítulo dedicado a Lazarov. El canal televisivo de Miami en el que realizaba una versión descafeinada de «Tómbola» ha sido vendido recientemente y ahora ultima sus memorias. Un auténtico repaso, que no ajuste de cuentas, reflejo de sus vivencias. Todo lo vio, impulsó y compartió: desde los primeros pasos de Berlusconi en «Tele 5» hasta el triunfo mundial de Julio, su desagradecimiento injusto como en los casos fidelísimos de Tonxo Navas, José María Castellví, su confidente y su único fotógrafo, humillado por Carlos Iglesias y Peñafiel, que le sacó buenos relojes además del apadrinamiento para su boda con Carmen Alonso.
Todo un señor, incluso cuando creó la «Agencia A» con Junot, primer ex marido de Carolina de Mónaco, y Carlos Goyanes, un negocio que trajo cola cuando Alfredo promocionó en Miami la primera exposición de Modest Cuixart. Fraile consoló a Vaitiare cuando Julio la encerró en el casino sudafricano de Sun City porque le avergonzaban sus entonces saltones dientes. También estuvo presente cuando se cabreó al enterarse de que Mohamed Al Fayed se había liado con Natalie.
Contará cómo Isabel lo dejó telefónicamente cuando actuaba en Buenos Aires. Sin olvidar su colaboración con Azulai, aún consejero de Mohamed VI. No obviará sus años con Javier de la Rosa y «Los Albertos». Aún recuerdo cómo me pidió que disfrazase su lío con Marta Chávarri cuando continuaba casado con Alicia Koplowitz, algo que no sé si le premiaron. Imprescindible mediador, siempre correcto y con maneras, tendió puentes, alianzas y uniones fundamentales en la España de la «beautiful people» colaborando en las campañas de Adolfo Suárez y los apaños de Ruiz Mateos. También echará mano de cómo su padre logró la exclusiva para producir y retratar todas las películas de Manolo Escobar. Fraile es un pozo sin fondo. Recordará asimismo el linaje de María Eugenia, prima hermana de los Bardem y de la Casa de Alba, antecedentes de Irene y Julia Gutiérrez Caba. Será un best-seller que pondrá en su sitio a Isabel Preysler, deformada por su primer ex. «Nunca olvidaré su paciencia en las primeras giras mexicanas, compartiendo el autobús, es única, y se ganó estar donde está», dice. También recuerda cómo Ketty Corsini, la madre de Miguel, gestionó con la Reina el patrocinio de un recital en el Bernabéu haciendo trío con Maradona y Plácido Domingo cantando «Caminito» ante 80.000 personas. Sus memorias son fieles a su bonhomía aunque encuentre reparos en su hermana Montse, la esposa de José María García, que hizo escuela cantándoselas al lucero del alba. Debería estar curada de espanto.
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