Elecciones Generales 2016

Deshonor

La Razón
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Por una vez, y sin que sirva de precedente, tengo que estar de acuerdo con Anguita cuando dijo aquello de que este país tiene lo que merece. La prueba han sido las elecciones del pasado miércoles en la Complutense. Los universitarios han decidido dejar la institución en manos de aquellos que comparten la misma visión de los que la han dejado al borde de la quiebra y que, como Carrillo, han participado de esa gestión. Y todo por ese miedo que atenaza y que la izquierda maneja como nadie. Esas acusaciones no esconden más que el deseo de mantener privilegios infames, para unos cuantos cargos de la izquierda, que sólo se pueden obtener como cargo político pero no como trabajador público. Pronto veremos cómo el equipo de Berzosa es recompensado por los servicios prestados y la voluntad democrática de echarle vuelve a ser defraudada; en fin, los mismos perros con distintos collares. Y todo porque los universitarios han sentido vértigo al compromiso con una universidad libre y han optado por el «virgencita, virgencita que me quede como estoy». Como dijo Churchil, han preferido el deshonor a la guerra. El problema es que las cuentas de la Complu no aguantan más deshonor y el cambio será inevitable.