San Antonio

«Las Leandras» vuelven a subir la escalera en Madrid

El Teatro Reina Victoria programa hasta el 29 de agosto el título más mítico de la revista musical

Jesús Lumbreras, junto al grupo de chicas que puebla el falso colegio de Las Leandras
Jesús Lumbreras, junto al grupo de chicas que puebla el falso colegio de Las Leandraslarazon

Si alguien que roce la treintena (década más arriba o abajo sería lo mismo) acude a ver «Las Leandras» se quedará de piedra unas cuantas veces durante la representación. «Nos cuesta llegar a otros públicos que no sean gente mayor, pero cuando lo conseguimos salen muy sorprendidos», explica María José Molina, una de las protagonistas del montaje que la Compañía Lírica de Zarzuela y Revista de Madrid la representa hasta el 29 de agosto en el Teatro Reina Victoria de la capital.

La primera sorpresa vendrá, casi seguro, al comprobar que el musical no es sólo cosa de los norteamericanos. En estas temporadas de clónicos de Broadway y de musicales de corta y pega con éxitos de grandes grupos, sorprende el ritmo que imprimen los autores a esta obra: «El espectáculo es variadísimo, los cambios de vestuario están medidos. Aunque nos vamos a las dos horas y media sin descanso, se nos pasa muy rápido. Es un ir y venir escaleras arriba y abajo, salir por un lado y entrar por el otro», agregó Molina.


Sin micrófonos
Molina reivindica también la autenticidad: «Se trata de un gran espectáculo en directo donde todos los que actúan cantan de verdad y sin micrófonos, no hay cuerpos bonitos por delante y voces ocultas detrás –como en otros espectáculos–. Muchos de estos jóvenes creen que el musical es una tradición importada, pero ya existía antes aquí. Somos una empresa española, pequeña y totalmente privada», prosigue Molina, que además es la gerente y responsable de la coordinación general de la «troupe», que dirige Félix San Mateo.

Otro motivo que abriría la boca de este espectador joven es el escaso interés por lo políticamente correcto de los diálogos. El uso del doble sentido y la ironía es el pilar en el que descansa la comedia de este falso colegio de señoritas donde transcurre la acción, que, en realidad, es un teatro, pero que antes era un burdel. De hecho, tanto el texto como la música se ha respetado al milímetro. Cuenta con música del maestro Alonso y libreto de Emilio González del Castillo y José Muñoz Román, «cuyos herederos han puesto como condición previa para su representación que se respetase el original sin ninguna alteración», confiesa la cantante. Este hecho supone que la obra se convierta, vista desde hoy, en un tratado de usos y costumbres de la época en que fue compuesta, allá por los años 30.


Gomoso o pisaverde
Además de saber cómo ha subido la vida, pues entonces 1.000 pesetas (6 euros) eran todo un capital, hay hallazgos léxicos del castellano coloquial. O acaso habíamos utilizado alguna vez el término «gomoso» que la Real Academia España define como «pisaverde» («hombre presumido y afeminado, que no conoce más ocupación que la de acicalarse, perfumarse y andar vagando todo el día en busca de galanteos»). Por si fuera poco, descubrimos que la noche canalla de Madrid se gestó en «la cuarta de Apolo», la sesión golfa y tardía del teatro más popular de entonces. Y así otros tantos más.

Por poca experiencia que se tenga en el género es imposible no salir tarareando alguna de las canciones. Las melodías familiares se suceden, y aunque las floristas ya no vayan y vengan, quién no ha tarareado alguna vez «por la calle de Alcalá con la falda almidoná...», que es como empiezan «Los nardos». O esta otra de «Llévame a la verbena de San Antonio...». Todo un derroche de sensualidad es la canción de «Las viudas» y el adminístreme de «Adminístreme usted lo que el pobrecito dejó». El chotis más famoso también se incluye antes del descanso, «El Pichi», que cantara tantas noches Lina Morgan vestida de chulapo.

Es una experiencia casi piloto, pues de los 35 títulos con los que viaja esta compañía de zarzuela, sólo hay esta revista. El éxito de esta temporada en Madrid, quizá les haga incluir alguna más. De momento tienen un compromiso en la fiestas de Valladolid, el 6, 7 y 8 de septiembre.


El éxito de Celia Gámez
Decir Las Leandras es nombrar a Celia Gámez, aunque también la hayan interpretado otras actrices como Rocío Durcal, en cine, y María José Cantudo. Gámez logró un clamoroso éxito de 1.800 representaciones consecutivas.
«La respetamos mucho, pero es difícil que tenga influencia sobre nosotros porque ninguno la vio actuar –asegura Molina–. No hay documentos audiovisuales y los sonoros no tienen mucha calidad. Tratamos de que no sea lo mismo que entonces, pues al público de hoy, que lleva mp3 o se pasa todo el día en internet, no puedes ofrecerle el mismo producto de entonces».