Barajas
Tres dos uno acción
Navalagamella, Barajas o el barrio de Salamanca se convierten estos días en el perfecto plató de rodaje para exteriores
MADRID- Sitios madrileños trasladados a la gran pantalla. Varios directores de cine apuestan este verano por lugares de la Comunidad para ambientar sus trabajos. ¿Será verdad que «De Madrid al cielo»? Desde el aeropuerto de Barajas, transformado estos días por Almodóvar en un insólito escenario para el rodaje de «Los amantes pasajeros»; hasta los parajes de Navalafuente, que siembran el pánico en «Omnívoros» de Óscar Rojo; y sin olvidar el reflejo de los lugares más castizos, ecenario perfecto para «Los días no vividos» de Alfonso Cortés-Cavanillas–, Madrid vuelve a ser el plató perfecto.
Tras la sorprendente «Brutal Box», Óscar Rojo ha escogido la región para filmar «Omnívoros», un «thriller» caníbal que trata la reciente aparición de «restaurantes clandestinos». Según el director, «se trata de una película de terror que se desarrolla en ambientes muy diversos, desde casas de lujo o grandes fincas hasta bosques y carreteras solitarias. La Comunidad de Madrid me lo ha ofrecido todo».
Facilidades para rodar
Zonas áridas, boscosas e incluso ambientes de serranía, una retahíla de contextos de grabación que ha cautivado a varios directores para elegir el término comarcal madrileño para sus rodajes estivales. «Me encanta Madrid. Es una ciudad cosmopolita donde no encuentras ningún tipo de aislamiento ni rechazo social. Los madrileños debemos sentirnos afortunados, ya que, menos playa, tenemos de todo», declara Rojo, para quien la diversidad de posibilidades que se ofertan desde la Comunidad es fundamental en el ahorro de costes; ya que se suprimen gastos derivados de los desplazamientos y las dietas, un aspecto muy a tener en cuenta , sobre todo para producciones independientes con escaso presupuesto – como los 1.400.000 euros de su trabajo–.
Los barrios céntricos de la capital también acogen estos días la presencia de las cámaras. «Los días no vividos», producida por La Caña Brothers, expone una visión realista del fin de la humanidad. Ambientada en los barrios de Malasaña y La Latina, con puntuales escenas rodadas en Argüelles o el Parque de Berlín, «los únicos problemas para grabar se han debido a la imposibilidad de cortar el tráfico», sostiene Juanjo López, miembro de esta productora con presupuesto «low cost». «Somos unos enamorados del centro. Además, la oficina de permisos muestra buena predisposición», finaliza Martín.
Paisajes heterogéneos, riqueza cultural, además de facilidades burocráticas que fomentan la instalación de los equipos de grabación en las calles y el algunos remotos lugares de la Comunidad.
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