El gol del agua

Visto lo visto, habrá que estar muy atentos a lo que haga este «Gobierno terminal» desde ahora hasta que tome posesión el nuevo Ejecutivo que salga de las elecciones. A las pruebas me remito. Recientemente se ha introducido una modificación en la Ley de Aguas, que ha sido ratificada días atrás por el Congreso de los Diputados, que supone reabrir la «guerra del agua», uno de los asuntos más polémicos de la primera Legislatura de Zapatero, que durante la segunda, y gracias a la gestión de la ministra Espinosa y del secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Puxeu, ha tenido un perfil mucho más bajo. Estos cambios permiten a las comunidades asumir competencias en materia de policía de dominio público hidráulico si lo contemplan sus Estatutos. Andalucía, Aragón y Cataluña son las regiones que incluyen esas competencias, que son, entre otras, la inspección y control del dominio público hidráulico, la realización de aforos, información sobre crecidas y el control de calidad de las aguas. Se trata de un traje realizado a medida de Andalucía, después de que el Constitucional obligase a dar marcha atrás en las transferencias relacionadas con el Guadalquivir que se habían hecho. La iniciativa, ratificada en el Congreso, supone volver a transferir a esta comunidad, por la puerta de atrás, una serie de competencias que habían vuelto a la Administración Central. Esta iniciativa ha provocado un milagro, porque tanto las comunidades de Regantes como las organizaciones ecologistas han manifestado su rechazo. No recuerdo que ambos colectivos, entendidos en sentido amplio, se hubiesen puesto de acuerdo alguna vez en esta materia. Es importante estar atentos para que el Gobierno no cuele otros goles en los próximos meses.