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Engaños deportivos

La Razón
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Si el Real Madrid ha pagado 1,2 millones de euros, más IVA, al Estudiantes por Carlos Suárez ¿por qué la versión oficial es de 950.000 y toda la prensa deportiva ha aceptado tal comunicación? Es la pregunta que me hacía ayer mi amigo Rogelio tras asegurarse de las cifras. ¿Se trata de mantener esa prepotencia, que tan nefastas consecuencias ha traído al club en el resto de España? Ya se sabe, «el Madrid es mucho Madrid y no se doblega ante los pobres». ¿Es la misma soberbia que llevó a los jerifaltes merengues a regatear 75.000 euros a última hora tras haber llegado a un acuerdo? El amago se quedó en intento por lo que respecta al Ramiro de Maeztu, pero se trasladó al jugador, que no tuvo más opción finalmente que tragarse ese diezmo en beneficio de la voracidad madridista. Estos «detalles», junto a la arrogancia de los últimos tiempos, ha provocado rechazos que antes no tenía en otras regiones. Recuerdo cómo el Bernabeu elegía el Mestalla de Valencia cuando le cerraban el campo. ¿Por qué ahora es tan mal recibido por la afición «ché»? Además de que los balquinegros han crecido y se han hecho competidores directos de cara a los títulos, ha habido otras afrentas altaneras, como el fichaje de Mijatovic o la elección del gol de Raúl, el tercero de la final de París, como publicidad radiofónica para celebrar blanco. Aquellos «tics» se mantienen en las huestes de Florentino a juzgar por lo sucedido con Suarez. El Real Madrid es uno de los clubs más grandes del mundo, quizás el que más de España, pero no le vendría mal cuidar ciertos matices. De paso, dar un curso de sensatez, prudencia y modestia a esos voceros talibanes que tanto daño le ocasionan en otras aficiones. Así es la vida.