Baloncesto

Dinamarca

España está muy despierta

Se jugó a las 9:30. Algunos españoles tomaron pastillas para dormir
Se jugó a las 9:30. Algunos españoles tomaron pastillas para dormirlarazon

LONDRES- Un grupo de aficionados vestidos con traje de flamenca se divertían en la grada. Llamaban tanto la atención que muchos pedían fotografiarse con ellos. No les había importado madrugar. A la Selección de balonmano sí, pero no lo pagaron en el campo, que es lo importante, y se impusieron a la correosa Corea por 33-29. El duelo comenzó a las 9:30 (hora inglesa). El próximo que jueguen, mañana ante Hungría, será a las 21:15. Un descontrol. «"J"y yo estábamos ayer a las diez en la cama. Incluso tuvimos que tomar pastillas para dormir, porque normalmente nos acostamos más tarde. A las doce de la noche o la una estamos viendo vídeos. Ayer, a las 6:30 ya estábamos desayunando», reconoció Arpad Sterbik, que ayer volvió a jugar tras el susto del primer día. Se lesionó a los once minutos en el estreno y se perdió el duelo con Dinamarca. Ayer regresó, un poco por sorpresa. Sigue con molestias, sobre todo al ir hacia delante, a tapar, por ejemplo, los tiros del pivote, aunque no en los movimientos laterales. «En dos o tres días espero estar del todo bien», añadió.

España decidió plantear un ritmo lento de partido para evitar la velocidad coreana. Ellos corren siempre, para sacar de centro, para contragolpear… «Y están acostumbrados a jugar a esta hora», continuó Sterbik. El equipo de Valero Rivera siempre mantuvo el control del encuentro y poco después de comenzar el segundo tiempo, con un par de acciones defensivas, se despegó definitivamente (27-20, min 45). La movilidad de los extremos fue decisiva en el ataque español. Ugalde acabó con seis goles. «Desde cadete no jugaba a estas horas», afirmó el extremo que acaba de fichar por el Veszprem. «Era una hora fuera de lo normal, pero estábamos preparados», confirmó Valero Rivera. La lesión de Gurbindo fue lo único negativo. Puede que los Juegos hayan terminado para él. La Selección se relajó al final, pero el triunfo nunca peligró. Mientras, los «flamencos» españoles seguían pasándoselo en grande.