Sevilla
OPINIÓN: 59 retoques
Silvio presenció los últimos retoques al estadio de la Cartuja. La víspera de su inauguración con un amistoso España-Croacia todavía faltaban miles de sillas por colocar: «Un tornillo por cada asiento», gritó un capataz al megáfono para que los operarios acelerasen su tarea. La mitad de los espectadores contempló el encuentro desde banquetas móviles. Era la primavera de 1999, unos meses antes de la hégira «alfrediana» que ahora concluye. El cambio de siglo (y de partido gobernante) no varió las costumbres sevillanas en materia de remate de obras públicas. Llevamos la chapuza en los genes y las «setas» no iban a ser menos. Se inauguraron al límite del plazo previsto por la normativa electoral, se cerraron y se han de terminar. ¿Desde cuándo un técnico de Urbanismo tiquismiquis prevalece sobre el afán fotográfico de un alcalde?
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