OPINIÓN: 14 o 15 de mayo

El 14 de mayo más de 150.000 personas ocuparon las calles de Barcelona. Se manifestaban contra una forma de gestionar la crisis que recorta sus prestaciones sociales.
Fue una potente manifestación tradicional, convocada de forma tradicional, por las organizaciones sociales tradicionales, que tuvo un reflejo comunicacional formal el día siguiente, y ¡a otra cosa!
Así, el debate político se redujo a: un doble y tímido intento por parte de líderes de CiU en el sentido de adjudicarle la «mani» a la oposición, negándole así su origen y sentido social, o contraponiéndola al silenció de la mayoría, olvidando que «quien calla, no otorga; sencillamente, no dice nada»; y a la previsible y electoral respuesta de la oposición.
El día siguiente, 15 de mayo, una movilización convocada mediante las redes sociales, reunió en toda España un número de personas que todas juntas no igualan las de Barcelona. El fondo es el mismo, los métodos y los convocantes, no.
Así las cosas, si la primera no dio paso a «sesudas y profundas disquisiciones sociológicas» sobre su significado, naturaleza u otros aspectos, la segunda, sí, llegando a que algunos la vean como el germen de una planta alternativa a la tradicional.
La disyuntiva, por lo tanto, no es: ¿14 ó 15 de mayo?, sino cómo responder a la raíz común de ambas: que la crisis económica no la paguen los más débiles.