Invertir en renovables sale a cuenta

VALENCIA-Reducir los gastos corrientes de todas las empresas pública se ha convertido en prioridad para la Generalitat valenciana. Si además, estos ahorros son imperceptibles para el usuario, mucho mejor. Un buen ejemplo ha sido la rebaja en la factura energética que ha experimentado Ferrocarils de la Generalitat Valenciana (FGV). Gracias a la instalación de 10.400 paneles solares fotovoltaicos y de lucernarios ha reducido en 1,2 millones el gasto energético.

La construcción de dichos sistemas de energía se presupuestó en 10.141.660 euros, que quedarán amortizados en una década. La vida media de los paneles es de 25 años.

En septiembre de 2008 se terminaron de instalar los paneles solares fotovoltaicos en las cubiertas de los talleres de la empresa, situados en Valencia (Machado, Tarongers y València Sud) y Alicante (El Campello), que se conectaron y comenzaron a producir energía en octubre.

Esta instalación se realizó sobre una superficie de 18.000 metros cuadrados, lo que supone la mayor instalación de placas fotovoltaicas situadas en cubiertas industriales en la Comunitat Valenciana, y una de las mayores de carácter público.

Durante 2011 han producido 2.451.203 kilowatios hora de los cuales 1.499.303 pertenecen a las instalaciones de Metrovalencia y 951.900 a las del TRAM.
La producción de energía renovable permite evitar la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. Así, en un año se lanzaron 2.860 toneladas de CO2 menos.
La 89 instalación de lucernarios en los talleres de Machado y de Naranjos supone la otra pata del ahorro energético. Se gasta un 35 por ciento menos de electricidad, cantidad que equivale a 22.694 euros anuales.

Se ha utilizado el sistema de iluminación pasiva natural llamado Sunoptics, que tiene como objeto mejorar el aporte de luz natural al interior de un edificio o nave. Miles de prismas refractan la luz de tal manera que se puede sustituir el alumbrado eléctrico durante el día. El coste de los lucernarios fue de 172.000 euros, por lo que con las cifras de ahorro conseguidas estos años, la inversión quedará amortizada en siete años y medio. La vida media de las piezas es de 30 años.

Entre aumentos de precio y recortes
FGV no se ha escapado de la reestructuración del sector público empresarial que ha puesto en marcha el Consell. Esta empresa, deficitaria por su propia naturaleza, debe reducir costes y dejar de ser deficitaria. ¿Cómo? Esa es la pregunta. La ejecución de Expediente de Regulación e Empleo (ERE) es inminente. No se ha concretado el número de trabajadores, pero las auditorías han dejado claro que las medidas de ahorro no son suficientes. Mientras este ERE se aprueba, FGV ha aprovechado la subida de IVA de septiembre para aumentar sus tarifas por encima del incremento del citado impuesto.
Desde este mes de septiembre, viajar en Metrovalencia es entre un cinco y un once por ciento más caro, cuando el IVA ha aumentado dos puntos de incremento (del ocho al diez por ciento). Los viajeros ocasionales y que no lleven bonometro son lo que más pagarán. Un billete sencillo de ida y vuelta cuesta 2,90 en el caso de las zonas A, B, C y D. Además, se impone una tarifa especial para el aeropuerto que costará 3,90 cada trayecto o 7,40 la ida y la vuelta.
Por lo que respecta a los bono de diez viajes, el de las áreas más cercanas vale 7,20 y el que abarca las cuatro zonas cuesta la cifra redonda de 20 euros. Los que menos suben son las tarifas para mayores y disacapacitados.