Bruselas
Pacto de mínimos en La Moncloa
Zapatero y Rajoy limitan el acuerdo a las cajas. Escenifican sus profundas diferencias sobre la reducción del déficit público y la reforma laboral
Ni el desplome de las bolsas en las últimas jornadas ni que España esté en el punto de mira de los especuladores internacionales fueron motivos suficientes para que el jefe del Gobierno se saliera ayer de la agenda prevista e intentara sellar con el presidente del PP un acuerdo de Estado contra la crisis que sirva de mensaje claro e inequívoco a los mercados sobre la fortaleza de la economía española. Tras un año y medio sin una reunión en La Moncloa, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy cerraron sólo un acuerdo de mínimos sobre la reordenación de las cajas de ahorros, forzadas por sus balances a fusionarse, y el rescate de Grecia, cuyo consenso entre los grupos parlamentarios ya se había escenificado días atrás en sede parlamentaria. Sin embargo, el presidente esperaba más del líder de la oposición, después de casi dos horas y media de entrevista. Así lo reflejaba la tensión de su rostro. Cuando llegó su turno de comparecencia ante la prensa no pudo evitar usar un tono crispado y seco para destacar «la importante reunión que acabo de mantener», en la que se alcanzó un acuerdo sobre aspectos «fundamentales» para salir de la crisis. Así se refirió al pacto para agilizar las fusiones de las cajas antes del 30 de junio y modificar en los próximos tres meses la ley que regula estas entidades.
Malestar de ZapateroPese a este pacto de mínimos, Zapatero reiteró durante toda su intervención lo «positivo y lo importante» del mismo. Incluso agradeció a Rajoy el consenso alcanzado. Sin embargo, su expresión y su tono le traicionaron en más de una ocasión. Y es que el presidente no pudo ocultar su malestar con Rajoy por ofrecerse como alternativa a los españoles en una jornada en la que «tocaba lanzar un mensaje de tranquilidad a los mercados», según fuentes del Gobierno. Agarrado al atril con las dos manos, rebatió las críticas previas del líder popular sobre la pasividad del Ejecutivo ante la crisis. Rajoy valoró el acuerdo de ayer, pero recordó que lo pactado ya lo había propuesto su partido hace dos años. Plazo en el que, a su juicio, el Gobierno no ha gobernado. Zapatero aseguró, con contundencia, que su Gabinete ha hecho los deberes y si las cajas no se han fusionado antes se debe a las propias entidades y a las autonomías. «Aprobamos en junio pasado el instrumento», aseveró en alusión al FROB. Pero, sin duda, lo que más le enervó fue que Rajoy, que compareció ante la prensa antes que él, calificara de «crítica» la situación económica. De ahí sus esfuerzos por explicar con afán la existencia de «los primeros datos, que son lo importante y no los rumores», que apuntan a la salida de la crisis. Entre ellos, se refirió al consumo y a la evolución del PIB en el primer trimestre del año, que se conocerá en los próximos días y espera sea positiva. Incluso, en un esfuerzo por trasladar un mensaje de confianza a la sociedad, a los españoles y a los mercados, restó importancia a la espiral bajista que sufre la Bolsa y la achacó a la situación de Grecia. En este punto, volvió a hablar de confianza.Para ello, consideró trascendental la cumbre de jefes de Estado europeos de este viernes, en la que se «demostrará la fortaleza de Europa».A la mitad de su intervención, suavizó el verbo y sólo se permitió un arqueo de ceja cuando fue interrogado sobre las críticas de Rajoy. Eso sí, aseguró no tener divergencias «desgarradoras» con el PP en la reforma laboral o en la reducción del déficit público. «Ellos la quieren por decreto y nosotros por consenso», explicó en alusión al mercado laboral. «Queremos reducir el déficit, pero no drásticamente, como piden ellos, para no comprometer la recuperación», puntualizó. En esta cuestión, «quien está equivocado es el PP». «Lograremos situarlo en el 3% del PIB en 2013», auguró. Pese a todo, prometió facilitarle cualquier información que le solicite sobre el déficit en sede parlamentaria o en el foro que desee. Muy distintos sonaron los acentos en el discurso del presidente del PP. Rajoy combinó un discreto mensaje de apoyo al Gobierno con la implacable crítica a su política y con la puesta en valor de su alternativa. La coletilla de Rodríguez Zapatero fue el adjetivo «positivo», y las del jefe de la oposición fueron que «lleva dos años diciendo» que no se están haciendo los deberes, que el acuerdo sobre las cajas lo viene defendiendo con insistencia desde hace meses y ya lo planteó en el marco de Zurbano y que la situación es «crítica» y está por ver si el Gobierno es capaz de pasar de las palabras a los hechos. «Por sus obras los conoceréis», sentenció. Rajoy no desplegó un gran entusiasmo cuando se le preguntó si confiaba en que la reunión sirviese para calmar a los mercados. Su mensaje de tranquilidad fue discreto y modesto, dentro de una intervención dirigida desde el principio al final a marcar distancias con Rodríguez Zapatero. Para él, a diferencia del presidente, no basta con la reestructuración de las cajas de ahorro, sino que, para crear empleo y reactivar el crecimiento, hay que priorizar la reducción del gasto público y del déficit y afrontar la reforma laboral, aunque sea sin el aval de los agentes sociales. «Estamos dispuestos a apoyar al Gobierno para que haga lo que tiene que hacer. Por mí no va a quedar. Pero no voy a apoyar nada que sea malo para España».
¿Cuál es la trascendencia del acuerdo?- Este acuerdo no tiene una excesiva trascendencia para culminar ahora el proceso de reordenación de las cajas, que es precisamente lo que pretende, porque pospone la modificación de la ley a finales de este año. De las 45 cajas que existen, un tercio ya ha acometido su reordenación, otro no necesita fusionarse y otro tercio aún está pendiente de reestructurarse. Por eso pactaron ayer agilizar estas fusiones antes del 30 de junio. Aunque no lo hubieran acordado, el 30 de junio es la fecha límite impuesta por Bruselas para beneficiarse del FROB, fondo de rescate del sistema financiero, dotado inicialmente con 9.000 millones de euros. - Zapatero se comprometió con Rajoy a entregarle en los próximos tres meses un texto con la reforma de la LORCA, norma que otorga derecho de veto a los gobiernos autonómicos. Precisamente, este privilegio está frenando ahora algunas fusiones entre cajas. Por tanto, el cambio de la ley llegará tarde para agilizar, como pretenden, la ordenación.- Zapatero y Rajoy están de acuerdo en modificar la ley para facilitar las cuotas participativas con derechos políticos, que abre la vía a la privatización de las cajas.- Ambos dirigentes hablaron de la fusión de las cajas gallegas, que ayer se desbloqueó.
AnecdotarioSalgado, la ausenteAl término del encuentro, escoltaron al presidente en su comparecencia ante la prensa la vicepresidenta primera, su jefe de gabinete, su director de la Oficina Económica de Presidencia, su nuevo secretario de Estado de Comunicación y un nutrido grupo de asesores. Sin embargo, nadie vio a Elena Salgado por La Moncloa. Se convirtió en la gran ausente de una reunión que versó exclusivamente sobre la situación económica.
El juego de los atrilesLa Moncloa acondicionó ayer para la ocasión la sala donde tradicionalmente se celebran las ruedas de prensa tras el Consejo de Ministros. La mesa y las sillas del estrado fueron sustituidas,en un primer momento, por dos atriles, síntoma de una comparecencia al alimón entre Zapatero y Rajoy. Sin embargo, minutos después desapareció uno.Al parecer el juego de los atriles se debió a un error de un funcionario anónimo o, al menos, eso dicen.
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