Superman también fue adolescente

Con las inseguridades propias de un adolescente en busca de su identidad, Kent empieza a sospechar que su personalidad es muy singular, tanto como para convertirse en el salvador del Mundo. Cuesta asimilar ese rol tan exigente y comprometido y no parece que Kent esté todavía preparado, por lo que nos encontramos con un muchacho atormentado por su pasado, su presente y su futuro. No es el único. Su eterna prometida, Lois Lane, también arrastra una pesada mochila: saber el gran secreto de Clark Kent. A los telespectadores le dan ganas de traspasar la pequeña pantalla y contarles que no es para tanto, que lo que les espera dentro de unos años es una doble vida muy intensa y enormemente entretenida con villanos intentándoles hacer la vida imposible con la garantía de que siempre se impondrá la voluntad de aquel que es un dechado de bondad y justicia. Mientras tanto, se nos muestra a un proyecto de héroe atormentado –como casi todos– que teme por su destino. Claro que se entiende aún más su desazón si se vive en un pequeño, y aburrido, pueblo de Kansas, todavía no se sabe volar y apenas se tienen poderes. Ser normal sabiendo que algún día puedes ser excepcional debe procurar una nostalgia de futuro de aupa. Tranquilo, Clark Kent, sólo es una etapa, te faltan sólo un puñado de episodios para convertirte en quien eres.