China
Daño evitable
No existe aquello de lo que no se habla. Las tragedias de las inundaciones en Pakistán han tardado en ser protagonistas. Ésa quizá, haya sido una de las causas por las que esta vez la ONU no ha obtenido la ayuda solicitada para los afectados. El problema es que habrá aún más necesidades de las previstas, ya que los brotes de enfermedades infecciosas, la falta de alimentos, de agua potable… hacen estragos en una población que vive a la intemperie y a la que hay que lanzar víveres desde el aire. En ese mismo país, hace tan sólo cinco años, un seísmo se tragó pueblos enteros. En aquel momento la ayuda internacional fue vital, y como se han volcado con otros países, ahora, Pakistán, China o India precisan ayuda urgente para volver a nacer. Aquí la naturaleza no ha sido tan feroz. Más bien la humana, la evitable, es la que hemos de denunciar por volver a provocar incendios que cambian el curso de la naturaleza. Porque no tenemos ni el derecho ni la potestad para romper el equilibrio que nos mantiene vivos. Los bosques son nuestros pulmones, nuestra garantía de vida. Cada vida abrasada nos acerca más a una justicia implacable con quienes vuelven a arrasar nuestra fuente de vida. Incendiarios, gamberros, imprudentes… tienen que pagar todas las consecuencias de un incendio, incluidas las de las pérdidas humanas que causa.
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