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La Razón
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Nadie puede engañarse. La crisis económica ha entrado en una deriva muy peligrosa, muy complicada y con una salida cada vez más difícil. El encuentro celebrado ayer en el Palacio de la Moncloa entre el presidente Zapatero y Mariano Rajoy nos ha dejado frente al espejo de la realidad. Los acuerdos alcanzados en las dos horas largas de reunión no son nuevos. No aportan nada de nada. Son más de lo mismo y de alguna manera ya se habían alcanzado, es decir: la reestructuración del sistema financiero especialmente de las Cajas de Ahorros y la necesidad de salvar a Grecia por lo que constituye rescatar el sistema y mantener el euro a flote. En fin, todo eso está muy bien. Faltaría más. Pero estaba en el guión más sencillo del sentido común. Las comparecencias posteriores han sido las que han marcado realmente el encuentro. Por su parte, Mariano Rajoy ha sido muy claro: la situación no puede seguir así. España no es Grecia, pero tiene que cambiar la política económica. Y se ha reivindicado como una alternativa al Gobierno. Sólo le ha faltado pedir el adelanto de las elecciones anticipadas.Rodríguez Zapatero, en cambio, ha ofrecido la imagen ya de un político noqueado; desnortado y sin capacidad de reacción. Algunos pueden pensar que algunos estamos encantados por criticar al presidente del Gobierno. ¡Qué locura!. ¡Hasta dónde pueden llegar algunos cegados por el poder o por la ideología! Me encantaría poder decir: Zapatero ha cambiado, ha rectificado, se ha dado cuenta de sus errores y ha decidido afrontar las reformas estructurales obligadas para salir de la crisis en la que estamos inmersos.Pero nada de nada. Sueños y quimeras. Zapatero no se baja del carro. Sigue convencido de lo que está haciendo y no va a cambiar un ápice. Es más, ha dicho que «tenemos los primeros datos que sugieren la salida de la crisis. Hay motivos para la confianza con los datos, sin opiniones», en un ejercicio de verdadera alucinación. Definitivamente el presidente vive en otro mundo o es que sus colaboradores le están engañando. No es consciente de la España real, de las encuestas que dicen que los españoles no confían en él para salir de la crisis, no sabe dónde está o es que su entorno le tiene encerrado en una burbuja. Con la que está cayendo y Zapatero sigue diciendo que estamos saliendo de la crisis. De verdad, señor presidente. Todos los españoles queremos salir adelante. Todos queremos ver cómo usted rectifica. Todos queremos ver la luz en la economía. No puede ser verdad lo que ha dicho, no pueden ser verdad esos mensajes. Sinceramente, visto lo visto no hay solución. No es explicable lo escuchado. No es justificable lo explicado. No tiene sentido lo dicho. Estamos muy mal. Fatal. Los españoles están desesperados. El paro está descontrolado. El Gobierno no toma medidas, ni siquiera se plantea las cuestiones de fondo. Con este panorama sólo nos quedan las elecciones anticipadas. ¡Cuánto antes!