Un bufón en el Parlament

El «oasis catalán» siempre me ha parecido un sarcasmo. Un mero artificio trufado de mentalidad provinciana para decir que la política en Cataluña es diferente al choque que se produce en Madrid. Nada más alejado de la realidad. Los escándalos de corrupción, como los casos Millet o Pretoria, han puesto de manifiesto que en lugar de un oasis era, en algunos casos, una charca maloliente. Mucho se ha hablado y escrito sobre el sentido común catalán, pero también se olvida que existe un radicalismo que se ha expresado en diversas ocasiones. Hay un canon oficial de lo políticamente correcto, pero muchas cosas han cambiado con el resultado del 28-N. El Parlament sufrirá las bufonadas de un radical enloquecido como Joan Laporta, aunque el soberanismo ha sufrido un duro correctivo con la derrota de ERC. Es cierto que Laporta paseará su mensaje simplón basado en el independentismo, pero el sentido común ha convertido al PP en la tercera fuerza. La unión con Ciutadans hubieran sido cerca de 25 diputados. Una lástima.