Cataluña

Pirómanos en la Diada

La Razón
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Año tras año se suceden en Cataluña algaradas callejeras con motivo de la Diada, e inevitablemente muchas de ellas acaban con la quema de retratos del Rey, ejemplares de la Constitución, banderas de España u otros símbolos del Estado. Cierto es que los protagonistas de las mismas son una minoría de jóvenes independentistas que se prodigan en el insulto y la amenaza contra quienes no opinan como ellos. Por eso mismo no debemos taparnos los ojos ante tales hechos dejándolos pasar como si nada hubiera sucedido, actitud habitual de unos Mossos cuyas directrices políticas son claras en este sentido. No es que piense que se deba detener y encarcelar a semejantes activistas encapuchados bajo la acusación de ataques contra el jefe del Estado o los símbolos de la Nación, tipificados ambos como delito por la ley vigente. Eso sería un grave error, que sólo serviría a la postre para agravar más el conflicto. Lo que hay que hacer es detenerles y juzgarlos por provocar desórdenes públicos en la calle con peligro evidente para el resto de los ciudadanos. Es lo que corresponde a quien actúa de forma tan poco civilizada. Cruzarnos de brazos sólo contribuye a afianzar en ellos la sensación de impunidad que ya hoy tienen. Pero perseguirlos por quemar el retrato del Rey Don Juan Carlos es peor. Hay que acusarlos y condenarlos por pirómanos, no por independentistas.