Wahlberg el contrabandista

Ya extrañó en 2008 que la película islandesa «Reykjavik-Rotterdam» llegara a los cines españoles. Pero todavía llama más la atención que ahora, casi cuatro años después del estreno en su país, llegue a la cartelera un «remake» procedente de Hollywood capitaneado por Mark Wahlberg, que la produce y protagoniza. ¿Será verdad que a Hollywood se le han acabado las historias?

«Es cierto que existe cierta escasez de ideas. Sólo hay un número limitado de historias, así que siempre buscamos nuevas formas de conseguirlas. Personalmente, no me importa de dónde vengan siempre que sean interesantes, y los directores europeos tienen otro estilo, un espíritu más independiente que resulta muy atractivo. La manera de rodar es muy cruda. Hollywood busca un nuevo tipo de director que ruede la acción de manera diferente», explica Wahlberg. De hecho, el actor estadounidense preguntó por las películas de los premios Goya durante su reciente visita a la capital española por si algún título le atraía para futuros proyectos, aunque todavía no tenemos noticias al respecto.

«Contraband» cuenta la historia de un ex contrabandista que se ve obligado a volver a delinquir para proteger a su familia. Un «thriller» con unos efectos especiales más a la manera de Hollywood que, sin embargo, pretende mantener el espíritu de la cinta original. «Queríamos aportar algo nuevo, pero también mantenernos fieles a la anterior: me encantó la historia, los personajes... Nuestra versión pretende ampliar su espectro», añade Wahlberg,que contó con el protagonista de la primera versión, Baltasar Kormákur, para dirigir este «remake».

Tras las cámaras
El actor, además de interpretar, cada vez está más involucrado en la producción, tanto de cine como de televisión. Reconoce que el territorio de las series le interesa especialmente: «Creo que actualmente hay mucha más calidad en ese medio, especialmente en las producciones de HBO».

Respecto a este interés creciente por la producción reconoce que «quiero estar involucrado en todos los aspectos. Ahora prefiero trabajar detrás de las cámaras. Ser famoso está bien cuando eres joven. Después, te interesan más otros objetivos», asegura. Pero, por ponerse en la piel de un contrabandista, Wahlberg nunca pierde su imagen de «chico bueno». «No es algo forzado, simplemente intento mejorarme cada día y ser mejor esposo, padre y siervo de Dios».

Echando la vista atrás, recuerda que empezó primero en el mundo de la música y luego le llegó el interés por el cine. «Tomar decisiones es difícil. He sido muy afortunado. Siempre he tenido a gente que me mantiene los pies en el suelo. Además, he trabajado con grandes directores y actores», incluso confiesa que ha aceptado trabajar en películas que consideraba malas por poder compartir cartel con nombres que admira. Los premios no le preocupan demasiado a esta joven estrella, aunque estuvo nominado en dos ocasiones, por «Infiltrados» –ganadora del Oscar a la mejor película– y «The Fighter», uno de los papeles por los que más se le recuerda es por su participación en la película «Boggie nights»: «Sólo quiero ir a los Oscar si soy candidato. Si no, prefiero verlo en mi casa en pijama».

Ni baile ni cante
Director, actor, productor y guionista, Baltasar Kormákur saltó a la fama con «101 Reikiavik», que dirigió, escribió y protagonizó con Victoria Abril. Su capacidad para desempeñar diferentes funciones hace que tenga mucho en común con Wahlberg. El estadounidense, polifacético como el cineasta, confiesa, con todo, una excepción: «Nunca haría un musical. Bailar y cantar me molesta».