Atenas

Rumanía echa humo por la dureza del plan de austeridad del FMI

Rumanía bajará a partir de junio próximo las pensiones un 15 por ciento y los salarios de los funcionarios un 25 por ciento para evitar la bancarrota, anunció el presidente rumano, Traian Basescu.

El presidente rumano, Traian Basescu, que asumió personalmente el liderazgo en las negociaciones del Ejecutivo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), anunció ayer que los salarios de los funcionarios bajarán a partir de junio un 25 por ciento.Y por si fuera poco, las jubilaciones y las ayudas a los parados serán recortadas un 15 por ciento, con el objetivo de contener el déficit presupuestario y mantenerlo dentro del límite del 5,9 por ciento pactado con el FMI.Las consecuencias de estas medidas se prometen dolorosas en un país donde los funcionarios perciben como media unos 500 euros brutos, mientras que la pensión mínima es de tan sólo 85 euros. "Mejor nos dan cianuro", manifestó hoy el líder del sindicato de pensionistas, Preda Nedelcu, mientras que el opositor Partido Social Demócrata habló de "genocidio social"."Estas medidas empujarán a la población hacia una acción social más intensa que en Grecia, porque se verán afectados los ciudadanos con los ingresos más bajos", dijo el líder sindical Bogdan Hossu. Según Basescu, la única posibilidad de evitar estos recortes era una subida generalizada de los impuestos, lo que calificó como la alternativa de la "desconfianza".El prestigioso economista y ex ministro de la Reforma Ilie Serbanescu coincidió hoy en que el recorte es "necesario", aunque anticipó que a pesar de su dureza no será suficiente. "Irá acompañado de una subida de los impuestos", aseguró el antiguo político en unas declaraciones a Efe en Bucarest."La consecuencia es clara: bajará el nivel de vida. Si la medida se hubiera tomado en 2009 el coste habría sido menor", afirmó Serbanescu y calificó de "insostenibles"las fuertes subidas de salarios y pensiones realizadas entre los años 2004 y 2008.Una misión del FMI visita estos días Rumanía para evaluar si el país cumple los compromisos pactados en mayo de 2009 cuando recibió un crédito internacional de emergencia de 20.000 millones de euros. El PIB per cápita de los 22 millones de rumanos alcanza apenas una cuarta parte de la media comunitaria, aunque el endeudamiento es uno de los más bajos de la UE, con el 23 por ciento del PIB en el año 2009.Pese a su dureza, el recorte anunciado no será la única medida de ahorro para bajar el déficit público, que la Comisión Europea ve más cercano al 8,5 por ciento del PIB que a ese 5,9 por ciento.Fuentes de la negociación entre las autoridades rumanas y el FMI han declarado a la prensa que hasta final de año el país ex comunista deberá aligerar su enorme sector público en un 10 por ciento, con lo que 140.000 funcionarios perderán su empleo antes de 2011. Basescu fue muy plástico ayer al comparar el enorme sector público rumano con un hombre que pesa 200 kilos y que se sienta sobre los hombros de uno de 50 kilos, es decir, la economía rumana.A pesar de ser más pesado, el gordo "quiere comer cuando ve el plato con comida, y no le deja nada al flaco", dijo el presidente. Mientras, el paro ya duplica el registrado en 2008 al superar el 8 por ciento y llegará, según el FMI, al 10 por ciento este año.En este contexto alarmante, las buenas noticias son pocas y menguantes. El pronóstico de crecimiento económico inicial del 1,3 por ciento para este año ha sido revisado a la baja por el FMI al 0,8 por ciento, después de que Rumanía cerrara el 2009 con una recesión en torno al 8 por ciento.En los años anteriores a la crisis, el país balcánico había crecido entre el 5 y 8,5 por ciento del PIB. Ante esta situación, se anuncia un verano de protestas y malestar social por unas medidas de austeridad difícilmente reversibles. Pero Bucarest no quiere llegar a ser Atenas, por lo que necesita el acuerdo del FMI para poder hacerse con los 8.000 millones de euros del crédito que aún debe recibir hasta 2011.