Rabat crónico

El teniente coronel británico Liddell Hart escribió un libro revolucionario sobre el arte de la guerra: «Estrategia de la aproximación indirecta». Por él los aliados invadieron Europa por Normandía y no por Calais. Henry Kissinger lo estudió en clave diplomática y bombardeó Vietman del Norte para negociar en París con Hanoi. El blanco como señuelo. ¿ Qué quiere el sultán Mohamed VI, comendador de los creyentes ? Educado por los franceses no es un palurdo y sabe que entrará en Ceuta y Melilla cuando las ranas críen pelo, máxime con el contencioso de Gibraltar envenenando el Estrecho.
Tal como a su padre Hassan II, Seguía el Hamra y Río de Oro (toponizado como Sahara Occidental por los que niegan al Frente Polisario), pueblan su insomnio del Gran Marruecos y del nacionalismo expansionista tan necesario para los jóvenes Estados sin Historia, y con el que dan de comer banderas a sus empobrecidos súbditos. Cuando bravuconea por Ceuta y Melilla piensa en El Aaiún y en todas esas arenas que no puede controlar militarmente pese a que España es su supermercado de armas, incluidas las antidisturbios. Sólo EE UU, Francia, la UE y la ONU podrían ( pero no quieren ) hacer algo con ese marasmo en donde somos los convidados de piedra. Cenando en el «Príncipe de Asturias» le pregunté al entonces almirante de la flota: «¿Por qué les vendemos fragatas a estos?». «Por dinero; y como se las hemos fabricado nosotros, sabemos que tenemos que hacer para hundirlas». Con el vecino, de pillo a pillo.