Hungría

Un nuevo paso por Ana BOTELLA

La Razón
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Puede que estemos muy cerca de resolver el viejo dilema entre abolir o regular la prostitución. Al menos, ésa es mi impresión al conocer por la Prensa que la Comisión Europea se ha propuesto dar un nuevo impulso a la lucha contra la trata de seres humanos. Esta iniciativa traerá consigo fundamentalmente una mayor coherencia entre las diferentes normativas nacionales, así como un necesario endurecimiento de la legislación con los culpables de este delito y una mayor protección para sus víctimas. Sin duda se trata de una buena noticia para todos los que desde hace años venimos defendiendo que las instituciones públicas deben desempeñar un papel más valiente y más coherente con los valores que representan.Valores como la dignidad de la persona o la igualdad entre hombres y mujeres son señas de identidad de la sociedad europea, pero ¿dónde quedan estos valores si no se hace nada frente a la explotación sexual?No podemos mirar para otro lado. Sería cometer una doble injusticia con las víctimas, primero de la explotación sexual y, después, de la marginación y la exclusión social. Tampoco podemos hacer como si se tratase de una actividad laboral más y convertir en legal algo que básicamente es una forma de violencia contra las mujeres. Durante demasiado tiempo no hemos tenido fortaleza suficiente para afrontar este problema. Lamentablemente la hipocresía, la connivencia y los tapujos morales han sido lo más habitual.Por eso celebro esta iniciativa de la Comisión Europea. Una iniciativa que tiene mucho en común con el Plan Municipal Contra la Explotación Sexual que en 2004 pusimos en marcha desde el Ayuntamiento Madrid. Es más, en muchos sentidos supone un refrendo de los planteamientos impulsados entonces. Sobre todo, en propuestas como la mayor protección de las víctimas de trata de seres humanos o la sanción a los mal llamados «clientes», que son parte necesaria en esta cadena de explotación. Todo ello podrá adquirir ahora un alcance muchísimo mayor e introducir coherencia entre las distintas normativas nacionales. Como es sabido, existen en este momento legislaciones con planteamientos muy diferentes. En este sentido, espero que esta iniciativa pueda representar una oportunidad de revisar el modelo que se da en países como Alemania, Holanda o Hungría.Para ello, habrá que ver cómo se desarrolla el debate de las propuestas en el Parlamento de la UE y en el Consejo de Ministros, antes de que sean aprobadas e incorporadas a las legislaciones nacionales.En cualquier caso, parece haberse roto definitivamente esa inercia acomodaticia que existía ante la explotación sexual, ese mirar para otro lado ante una realidad que nos avergüenza. Poco a poco se está abriendo paso una actitud mucho más comprometida y moralmente responsable, en la que la regulación no es una alternativa aceptable. Y todos los madrileños pueden sentirse orgullosos de que su ciudad haya sido pionera en esta lucha a la que se han sumado otras ciudades y que ahora continúa a nivel europeo.

Ana Botella. Teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid