Presentación

Los toros recaudan 43 veces más que el cine español

La cifra alcanza los 350 millones de euros frente a los 80 que cosecha el cine y proporciona al Estado 7 millones sólo a través del IVA

Los toros recaudan 43 veces más que el cine español
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Hablar en clave económica de una verónica de Morante o un natural de José Tomás puede parecer un sacrilegio. Estaríamos poniendo precio a una obra de arte sutil y efímera. Mercantilizar algo tan bello no es un capricho, es una necesidad real del mundo del toro: demostrar que la tauromaquia es un estimulante económico. Todo viene a raiz de que el último caballo de batalla en el que se han subido los abolicionistas es el de considerar la Fiesta como un «capricho de unos pocos subvencionado con dinero de todos». Nada más lejos de la realidad. Aquí el que paga, el aficionado, es quien sufraga en su mayoría esta industria. En un ejercicio tan sencillo como el de dirigirse y consultar los presupuestos, tanto de la administración central, regional o local, para demostrar que la Fiesta a día de hoy carece de cualquier apoyo económico. En el caso de que sí hubiese una partida de gastos cuyo destinatario fuese la tauromaquia, el saldo siempre es favorable para las arcas públicas.

En este terreno, llamémosle «Tauroeconomía», contamos con el trabajo del Doctor en Economía y profesor de Teoría Económica en la Universidad de Extremadura, Juan Medina. Entre sus horas de docencia, le dedica su tiempo libre a la búsqueda de datos en fuentes oficiales para demostrar el «grandeza económica de la Fiesta», como bien recalca. El origen de sus investigaciones se ubica en la necesidad de «defender la libertad de ir a los toros frente a quienes, con insultos y mentiras, quieren imponer su moral como la única verdadera», esgrimió el profesor.

Así, con su trabajo ha derribado el castillo de naipes creado por los grupos de presión antitaurinos, sobre todo, los que están actuando en las últimas fechas por la Comunidad de Madrid. «El lobby animalista insiste en que la Comunidad subvenciona los toros, pero jamás se refiere a los ingresos que genera la Fiesta», apuntó el profesor. Concretamente, en los presupuestos de la CAM para 2012 se recoge un gasto de 2,2 millones de euros en actividades taurinas. Un gasto que ya está cubierto sólo con el canon de arrendamiento que abona la empresa adjudicataria, con una aportación en torno a unos 2,3 millones. A lo abonado, cada año, por la sociedad que explotará la plaza de toros de Las Ventas hay que sumar lo que ingresa en concepto del impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Según las estimaciones de doctor Medina, fruto de los estudios elaborados en temporadas anteriores, la feria de San Isidro movilizará una cifra de negocio de 50 millones de euros. De ellos, unos 17 millones corresponderán a la venta de entradas. De este modo, de las entradas, llegarán a las arcas públicas 1,5 millones de IVA, más otros 2 millones devengados de la actividad económica inducida por la feria. En total, y sin contar otros impuestos y tasas administrativas, la Comunidad ingresará, gracias a los toros, casi 6 millones euros, de los que se beneficiarán todos los ciudadanos madrileños, «incluidos los antitaurinos» como apuntó jocosamente el docente.

No obstante, además de demostrar las pocas ayudas ofrecidas a la Fiesta, en muchos casos ridículas comparadas con, por ejemplo, los 92 millones de euros que se dieron de subvención al cine en 2010 (como aparece en los presupuestos del ministerio de Educación y Ciencia de ese mismo ejercicio), también quita razones a quienes dijeron que Barcelona se había dejado morir porque era un plaza inviable. La iniciativa privada y el interés del público que pagaba su localidad sostenían las corridas en Barcelona. «No había subvención alguna y la empresa continuaba porque obtenía beneficios», recalcó Medina. No se puede justificar el cierre a una falta de viabilidad económica, sino a que «su Parlamento decidió legislar sobre la moral, como un parlamento teocrático, en lugar de permitir que conviviesen morales distintas en una sociedad catalana plural y diversa», sentenció el profesor.

Por otro lado, si ponemos las miras a niveles de la nación. En 2010, el volumen de dinero que se movilizó, en concepto de taquilla, fue de 350 millones de euros. Con estas cifras sólo se vio superado por el fútbol, pero se sitúan muy encima de los 80 millones del cine o los 150 del teatro. Con esta circunstancia, si volvemos a las mencionadas subvenciones, el cine percibe ayudas por encima de su recaudación total.

A todo esto, hay que diferenciar el aporte a la hacienda pública que hace el mundo del toro, puesto que los impuestos indirectos son del 18 por ciento, frente al 8 del modelo reducido para el resto de eventos culturales. Traducido en números, la aportación del toro por su actividad económica en 2009 (aún con el gravamen de 16 puntos porcentuales) en concepto de Impuesto sobre el Valor Añadido en la localidades vendidas, fue de 41,7 millones de euros, casi triplicando lo devengado por el teatro y seis veces más que el cine nacional. (SGAE: Anuario de las Artes Escénicas).

Todo no queda ahí, al negocio taurino per se, hay que añadir el negocio circunscrito a los eventos taurinos: restauración, transporte, ocio u otras actividades complementarias. Es en esta partida es donde la bolsa económica crece considerablemente.