Ibiza

Ibiza reabre la causa contra un príncipe saudí por violación

El príncipe Al Waleed Bin Talal, primo del heredero saudí, tendrá que prestar declaración en los juzgados de Ibiza como imputado en la presunta violación a una modelo española en 2008.

El príncipe Al Waleed, junto a su esposa Amira, el pasado 27 de agosto
El príncipe Al Waleed, junto a su esposa Amira, el pasado 27 de agostolarazon

El caso se ha reabierto por decisión de la Audiencia Provincial de Baleares después de que el año pasado un juez desestimase la denuncia de la maniquí, presentada el 14 de agosto de 2008, por no estar «debidamente justificada la perpetración del delito», a pesar de que las pruebas clínicas presentadas por la denunciante revelaban la presencia de un sedante, nordazepam, y de restos de semen en su cuerpo.

Una sustancia en la bebida
«Me desperté y el príncipe estaba encima de mí», relataba hace una semana en una revista Soraya, la modelo que presuntamente habría sido forzada por Bin Talal. Los hechos ocurrieron en la noche del 13 al 14 de agosto, hace tres años, en el lujoso yate Turama, atracado en Ibiza. Soraya sostiene que mientras tomaban una copa en un local de la isla, adulteraron su bebida y, cuando se despertó, un hombre abusaba de ella en uno de los camarotes del barco. Sin embargo, desde una de las compañías propiedad de Bin Talal se emitió un comunicado en el que se niegan las acusaciones argumentando que el príncipe saudí no estaba en la isla pitiusa en la fecha del suceso. El abogado de la modelo sostiene que, de ser cierto, sólo debe venir a España para prestar declaración y proporcionar una muestra de ADN. «Si es inocente, eso es todo y, si no, será acusado de violación», afirma.


Un patrimonio de 19.000 millones
Además de ser uno de los miembros de la Familia Real más conocidos, sobre todo, por sus excentricidades, Al Waleed es también un habitual en las listas de las grandes fortunas y es considerado el árabe más rico del mundo. Comparte negocios con Rupert Murdoch y aspira a construir el rascacielos más grande del planeta. Entre sus caprichos, destacan un Mercedes cubierto de diamantes (en la imagen) y una moto con cristales de Swarovsky.