Seco San Esteban encabeza una muestra irrepetible de arte

ZAMORA- Una «muestra irrepetible». De esta manera puede catalogarse la exposición que acoge hasta el próximo 8 de agosto la galería zamorana «Espacio 36». Es difícil que en un mismo espacio se puedan congregar tantas obras de los quince mejores artistas de la provincia del último tercio del siglo XX y parte del presente.
«Hay muy buenas vibraciones», señala el dueño de la galería Ángel Almeida, ya que para esta exposición ha contado con el apoyo del Ayntamiento y la Diputación de Zamora, la Fundación Caja Rural y el Instituto de Estudios Zamoranos Florián del Campo.
La idea de reunir a esta catalógo de artistas surgía hace dos meses, cuando esta misma galería acogía una retrospectiva de José María García Fernández «Castilviejo» y la gran acogida que tuvo. No obstante, Almeida señala que llevaba dando vueltas a este idea, desde hace más de un año, y que ha supuesto un importante esfuerzo personal.
Numerosos reconocimientos
Y es que, entre los autores cuyas obras están representadas en esta muestra se encuentran tres Premios de las Artes de Castilla y León, como Enrique Seco San Esteban, Castilviejo y Cuasante, así como autores que tuvieron a lo largo de su trayectoria numerosos reconocimientos como Alfonso San Bartolomé, Gallego Marquina, Agustín Renilla, Jesús Molina, Antonio Pedrero, Luis Quico, Delhy Tejero, Torre Cavero, Santos Tuda o Ricardo Segundo. Además, a esta nómina se unen dos de los grandes escultores de la provincia, como son Ramón Abrantes y Coomonte, el gran maestro de las esculturas del hierro.
Ángel Almeida define a los artistas participantes en la muestra de la siguiente manera: Ricardo Segundo que eleva el arte al costumbrismo sayagués. Curioso Gallego Marquina, cronista veraz en paisajes y retratos. Compleja Delhy, viajera de paises y estilos. Enigmático Jesús Molina, que inmortaliza su tiempo y sus personas. Cuasante, que un día decidió inventar el rojo más bello. Pedrero, constructor de catedrales, retratistas de lagos, paisajista de personas. Bartolomé, que llenó de colores Zamora y nuestros corazones. Cálido Renilla, maestro de luz y grises. Coomonte, descubridor del hierro etéreo. Rebelde Luis Quico, genio que llevaba a la luz encerrada en su cabeza. Único Abrantes que convirtió en carne el mármol. Maestro Castilviejo, puro talento, genio puro. Imprescindible San esteban que eleva a universales las gallinas. Clásico Santos Tuda, mano segura del realismo. Inolvidable Torre Cavero, rubio repetido en mil obras maestras.

Un viaje en el tiempo
«Es un viaje en el tiempo, hacia aquel bueno en el que los colores y las formas brillaban en Zamora», señala Ángel Almeida en el catálogo de la muestra.
Una exposición que reúne un total de 28 obras, y que también tiene carácter comercial, porque todas las obras expuestas salen a la venta desde los 1.800 euros a los 15.000 euros que cuestan las esculturas de de Coomonte y Abrantes. «Son piezas que las tenía ya el ojo puesto y que los coleccionistas se desprenden de ellas por dos motivos. Uno es el económico, pero el otro, el más importante, es que buscan algo superior».
La muestra abrió sus puertas el pasado jueves y permanecerá abierta en la galería «Espacio 36» hasta el próximo 8 de agosto con un horario de lunes a viernes de 12 a 14 horas y de 18 a 21,30 horas y los sábados de 12 a 14 horas.

Delhy Tejero
La toresana desarrolló gran parte de su carrere en su ciudad natal, Madrid y París. Una mujer atormentada por la religión y la guerra y que no se reconocía en ninguna corriente, que buceaba en el surrealismo, en la abstracción o en el realismo.
Enrique Seco San Esteban
Ha sido calificado como el anacoreta de la vida rural de Castilla y su obra así lo refleja. Una trayectoria jalonada con el Premio Castilla y León de las Artes en 2010.
Santos Tuda
Nacido en Sobradillo de Palomares y con 90 años a sus espaldas, Santos Tuda no se resiste a su labor creativa y así lo demuestan sus últimas publicaciones. Está presente en esta muestra, con una obra suya de las clásicas, una mano segura del realismo.
Jesús Molina
Es otro de los pintores redescubiertos tras su muerte, en 1968. Los expertos le clasifican como uno de los «mejores figurativos españoles» de su tiempo. Su obra recibió varios reconocimientos nacionales e internacionales.
Ricardo Segundo
Se le considera uno de los máximos representantes de la pintura regionalista castellano y leonés. Montó distintos talleres de pintura en Barcelona, Madrid, Zamora y Sejas en diferentes momentos a lo largo de su trayectoria profesional, repleta de reconocimientos.