Carmen Thyssen a Cultura: «Yo no entro en política»

La directora general de Bellas Artes, Ángeles Albert, aseguró a Efe que «el alquiler sería por una cantidad fijada según el cálculo que se estableció para alquilar la colección del barón», y añadió a renglón seguido que el Estado «quiere un plazo mínimo de dos años» para garantizar la estabilidad del museo frente al ofrecimiento de la baronesa Thyssen de ceder gratuitamente su colección durante un año. «Estamos esperando que los abogados de la baronesa y la propia baronesa respondan a nuestra propuesta», subrayó Albert. La respuesta no se hizo esperar: «Me ratifico en mi oferta de prorrogar el contrato un año», lo que significa un rechazo de la penúltima (la conversación sigue abierta) oferta ministerial. A lo que ha añadido: «Yo no entro en política».

Desestabilizar
También ha expresado su deseo de que el futuro de la colección se siga negociando a través de los abogados de ambas partes «y no en los medios de comunicación». Y, de nuevo, ha mostrado su sorpresa por la alusión hecha desde el Ministerio a la estabilidad de la colección: «No entiendo esa desestabilización de la que hablan; no creo que mi oferta contribuya en absoluto a desestabilizar el museo», que define como «modelo. Creo que es el único en el mundo en el que existe un déficit que es prácticamente nulo». Su oferta de prolongar durante un año gratis la cesión de su colección particular no solamente no desestabiliza, sino «que nos da mucha más tranquilidad a todos en un año de crisis porque es un tiempo en el que no hay que pensar en este asunto». Carmen Cervera ha insistido también en que en el contrato inicial de cesión, rubricado once años atrás, se establecía esa posibilidad de prorrogar la cesión por un año «siempre que yo quisiese, pero si hubiera querido me habría llevado la colección el 12 de febrero de 2011», añade.


Compradores en Inglaterra
En algún momento Carmen Thyssen ha hablado de llevarse su colección fuera de España si no se llega a un acuerdo «razonable», lo que se adelantaba ya el miércoles en estas páginas. Se han insinuado posibles compradores en Inglaterra, aunque lo cierto es que si estas pinturas salieran de España supondría un gran fracaso para ella porque siempre ha comentado que el futuro de sus fondos debía estar junto a los de su marido, el baron Thyssen-Bornemisza, quien vendió su colección al Estado español en 1993.