Vergüenza

Dirán lo que quieran, pero hay acciones que no son dignas de un parlamentario, en este caso parlamentaria. Mónica Oltra aburre ya con sus camisetas insultantes. Una vez puede hacer gracia, pero todos los días ..., cansa. Si tanto «chorizo» tiene detectado, que acuda a los tribunales. Ésa es su obligación, no la de difamar sin dar nombres ni razones. Lo único que consigue con sus estrafalarias vestimentas, es la de despresitigiar a la profesión política y no estar a la altura de una institución como Les Corts. A mí personalmente, como ciudadano, me produce indignación. Por eso, me satisfizo la decisión del presidente del Parlamento autonómico, Juan Cotino, de no permitir el exhibicionismo.
Pero es que, además, la acción de Oltra provocó una derrota política en toda regla. Al conseguir que toda la oposición abandonara el hemiciclo -¿para qué se presentan a las elecciones?-, impidió que hubiera alguien para defender la inciativa de Esquerra Unida sobre la reprobación del expresidente Camps por la firma del contrato de la F-1. En el pecado llevaron la penitencia, aunque imagino que no lo entenderán. Así es la vida.