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Mas denunciará ante líderes de la UE los «incumplimientos» del Gobierno
Mañana se reúne en Londres con mandatarios liberales a los que les dirá que el Ejecutivo obstaculiza la recuperación de Cataluña. El jueves reivindicará el pacto fiscal en Madrid
BARCELONA– El presidente de la Generalitat, Artur Mas, está dispuesto a tensionar las relaciones con España para mostrarse ante Europa como el alumno obediente que hace los deberes para cumplir con el déficit que marca Bruselas, pero que tiene problemas porque el Gobierno «no paga» a Cataluña. Uno de los argumentos que la Generalitat más ha repetido en Cataluña las últimas semanas es que si el Gobierno no desembolsa «lo que debe» –unos 2.200 millones si se suma el fondo de competitividad y la disposición adicional tercera del Estatut– se producen problemas de tesorería, lo que provoca situaciones como retrasar las pagas extra de los funcionarios, y también hará difícil cerrar el déficit de 2011 en el 2,66 por ciento que se había marcado.
El Govern, incluso, ha amenazado con ir a los tribunales si el Estado no salda las cuentas pendientes con Cataluña. Y, pese al cambio de Ejecutivo, que apenas ha tenido tiempo de celebrar tresconsejos de ministros, Mas no va a dar tregua.
Mañana denunciará la situación en una reunión con gobernantes liberales europeos convocada por el viceprimer ministro del Reino Unido, Nick Clegg, que tendrá lugar en Londres, según informó ayer la Generalitat. En el encuentro, «lamentará los inclumplimientos sistemáticos del Gobierno del Estado con la financiación de Cataluña, que han puesto en serias dificultades financieras a la Generalitat», explicaba el comunicado del ejecutivo autonómico.
Alumno obediente
No se quedará en la habitual queja. Mas repetirá el guión que utiliza en Cataluña y se presentará como el alumno que para aprobar este año el examen europeo del déficit –debe ser del 1,3 por ciento– ha realizado importantes sacrificios desde que tomó posesión de su cargo el 27 de diciembre de 2010, ya que ha hecho «esfuerzos de austeridad, adelgazamiento de la administración y estímulo económico».
Entonces, explicará a los líderes –además de Clegg, estarán el primer ministro holandés, Mark Rütte, el primer ministro de Estonia, Andrus Ansip, y dos vicepresidente de la Comisión Europea, entre otros– que la solución para Cataluña pasa por un «pacto fiscal justo».
El president «destacará el esfuerzo continuado de solidaridad de Cataluña en relación con el resto de territorios de España» y que, pese a que Cataluña «sólo es reconocida como Comunidad Autónoma, el volumen de su PIB es tan grande como el de Finlandia o Portugal». En definitiva, Cataluña tiene una «importancia sistémica» en el contexto europeo y sus líderes tienen que ayudar a que esta autonomía siga siendo una potencia exportadora –actualmente exporta casi el 2 por ciento del total de la zona euro–.
Enrolar a los líderes europeos en la reivindicación de un nuevo modelo de financiación similar al concierto vasco es un paso más en la estrategia de la Generalitat para presionar al Ejecutivo. El convergente busca aliados en Cataluña, aunque PP y PSC recelan, porque cuanta más unión, más posibilidades habrá de que escuchen. De momento, Mas ha mantenido dos conversaciones telefónicas con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pero quiere plantearle este año el proyecto del pacto fiscal porque en 2013 hay que revisar el actual modelo de financiación. Con todo, el president acudirá este jueves a Madrid para pronunciar una conferencia en el foro que organiza Europa Press, en el que volverá a poner sobre la mesa que Cataluña necesita tener el pacto fiscal.
Previamente, a los mandatarios europeos les habrá expuesto la conveniencia de una Europa más fuerte para salir de la crisis.
Mañana pedirá a los líderes liberales reunidos en las dependencias del Whitehall una actuación «más coordinada y decidida» de los poderes públicos porque «una mayor integración política, económica y fiscal» es la manera de salir de la crisis.
Tensionar las cuerdas
El discurso de mañana en Londres no es el primer ejemplo de que desde la Generalitat, por el momento, se ha apostado por utilizar el tono duro contra el Gobierno al que quiere arrancar el pacto fiscal. La primera reacción de la Generalitat esta semana fue rebelarse contra la ley de estabilidad presupuestaria que fijará el techo de gasto y de endeudamiento de las autonomías, los procedimientos para el cumplimiento de la ley y las responsabilidades de las administraciones en caso de incumplimiento de la misma.El PP catalán lamentó entonces, por boca de su portavoz parlamentario, Enric Millo, la reacción precipitada del Govern e hizo una llamada al diálogo. De hecho, diálogo y consenso es a lo que apela CiU para lograr un bloque fuerte con el que reivindicar el nuevo modelo de financiación que quieren para Cataluña.
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