Cataluña

Menos clientela para «ahorrarse» el euro por receta

La Razón
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Barcelona-El primer día de la instauración del euro por receta en Cataluña acabó con numerosas quejas, algunas alabanzas, pocos incidentes y diversos fallos informáticos en las farmacias. Este tipo de establecimientos notaron el viernes un incremento del 20 por ciento de sus ventas, por lo que ayer incluso quizás hubo menos clientela de la normal. Mucha gente aprovechó hasta el último momento para ahorrarse el euro.

Según cifras de la consejería de Salud de la Generalitat, desde las 00:00 horas hasta las 13:00 horas de ayer se dispensaron unas 70.000 recetas. En todos los casos se pudo cobrar la receta, excepto en seis ocasiones, por fallos técnicos que se están estudiando. Sólo se detectó una persona que no quiso pagar el euro. Si sucede, en teoría el usuario «rebelde» tiene que presentar una fotocopia del DNI y rellenar un cuestionario, y se le cargará un 20 por ciento más del coste.

La reacción de los usuarios fue una mezcla entre resignación, quejas y justificaciones de la polémica medida. La balanza se inclinó hacía las críticas. «Me disgusta bastante esta iniciativa, porque soy una persona nerviosa, mucho, y necesito calmantes todo el tiempo, y no voy sobrada de dinero», dijo Mercedes, una jubilada de 72 años.

En la misma línea, Ramón, de 67 años, explicó a este diario que, pese a que sabe que los jubilados con pensiones bajas y las personas con escasos recursos están excluidos del pago de este euro, «esta medida puede afectar a mucha gente, porque precisamente los usuarios de la Sanidad pública son en su mayoría jubilados con poco dinero, personas con una edad avanzada que son las que necesitan más medicamentos».

Entre la resignación y las quejas, Pedro Vila señaló que «ahora nos extraña y cuesta pagar un euro por receta, pero con el tiempo la gente se acostumbrará a pagar por esto, aunque no nos guste nada». Sin embargo, entre tanta voz crítica, Irene Prat comentó que «a lo mejor esta tasa sirve para que la gente tome menos medicamentos, porque a veces parece que las farmacias están saturadas».