San Lorenzo

La lluvia puede truncar la elegancia fúnebre del Viernes Santo

Es probable que la jornada de hoy se convierta en la tercera de la Semana Santa sin cofradías en la calle

La Razón
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SEVILLA- Tras un Jueves Santo frustrado por la lluvia, el cielo vuelve a ser el protagonista en las cábalas de los cofrades y de las juntas de gobierno. Lluvia y más lluvia en las calles de Sevilla y desesperación entre los hermanos de las cofradías del Viernes Santo, que en la pasada década fue el día de la Semana Santa que sufrió más los estragos de las inclemencias meteorológicas. El peor de todos, el fallecimiento de un hermano de la Carretería en la iglesia de la Anunciación cuando ésta tuvo que refugiarse allí, o las infructuosas salidas procesionales del Cachorro, que por dos veces entró de manera accidental en la Magdalena. Pese a ello, la tarde del Viernes Santo supone la consagración del clasicismo extremo. Se trata de una jornada en la que todas las cofradías tienen una historia de varios siglos a sus espaldas: la hermandad de las Tres Necesidades, esencia pura del barrio del Arenal, supone una vuelta a los cánones más bellos de la estética del siglo XIX. Las túnicas de los nazarenos de terciopelo azul forman un coqueto cortejo de cifras reducidas.

No se entienden los excesos en La Carretería, pese a que el canasto del paso de misterio sea una hojarasca atada con una cuerda tallada y dorada, en la que se erige el Cristo de la Salud junto al resto de integrantes de la escena posterior a la muerte de Cristo. Detrás, bajo un palio de profundo sabor romántico, le sigue la Virgen del Mayor Dolor. Son las primeras horas y las calles suelen estar poco repletas. El público que ha salido durante la cercana Madrugá descansa las primeras horas de la mañana y hasta por la tarde no están las calles repletas. Pero no es la misma bulla que en los días anteriores, donde todo el mundo busca el mejor sitio para ver a las cofradías. Ahora no, la ausencia, la proximidad del fin de la Semana Santa, la muerte del Redentor, todo ello se convierte en un retablo que tiene su cenit en la salida del Cachorro desde la capilla del Patrocinio. El Cristo de la Expiración, el más conocido de entre todos los que procesionan en estos días, debe salir con el sol de cara en la calle Castilla. Entre los balcones antiguos de Triana, hay hueco para los intensos bordados de la Virgen del Patrocinio, esencia pura del estilo del taller de Olmo de comienzos del siglo XX bajo el que se cobija una de las tallas más bellas de la contemporaneidad.

Lo fúnebre sigue siendo la marca de esta tarde donde las campanas doblan a duelo por el antiguo convento de la Paz. Sale la Mortaja, con paso desigual sobre un canasto antiguo, como el de la hermandad de La O o en Montserrat. Mañana será el momento en el que de verdad todos los desfiles toquen a su fin, con la salida de la Virgen de la Soledad. Cierra la Semana Santa donde comenzó todo. A los pies de la basílica del Gran Poder, volverá ya en la madrugada del Domingo de Resurrección. Momento en el que la Iglesia, ya con los días de la Pasión acabados, y Sevilla con la procesión del Resucitado, celebran cómo la resurrección del Señor venció a la muerte terrenal.


RECOMENDACIONES
VIERNES SANTO
- Si el cielo permite que las cofradías de la Madrugá hagan estación de penitencia y se ha salido a verlas, lo mejor que se puede hacer es descansar unas horas hasta que se recuperen las fuerzas. Tras comer algo ligero, guardando la tradición católica, se debe uno dirigir hasta el barrio del Arenal. Sale la hermandad de La Carretería. Hay que buscar los pasos por las calles antiguas de esta zona de Sevilla para cruzar hasta Reyes Católicos por donde ya pasa El Cachorro. El Señor va escoltado por un buen número de nazarenos, por lo que es necesario remontar la cofradía hasta el Altozano. Allí hay que esperar un poco para que la Virgen del Patrocinio envuelva todo con esa estética tan bella y única. Sin salir de allí, la cofradía de La 0 llega con la espectacularidad de sus túnicas moradas y la historia de sus imágenes. Después, lo mejor es ir hasta la calle Cuna, por donde llega San Isidoro, una de las más serias de la Semana Santa, para luego ir al encuentro de La Mortaja. En esas horas, también se pueden alcanzar las cercanías de la Catedral para ver pasar a la Virgen de la Soledad de San Buenaventura. Cruzando el Arco del Postigo, en los alrededores de la parroquia de la Magdalena, sale Montserrat, cuyo crucificado de la Conversión del Buen Ladrón es una de las tallas más bellas de Juan de Mesa. La dolorosa va en un paso de palio que fue donado por la reina Isabel II, por lo que se pueden ver las armas del escudo de la Corona de Castilla.

SÁBADO SANTO
- La Trinidad es una de las hermandades más antiguas de Sevilla, ya que recientemente ha cumplido 500 años de historia. Sin embargo, tiene un carácter netamente popular que contrasta con la severidad del cortejo de Los Servitas. Hay que verla por los alrededores del palacio de Dueñas o por Santa Ángela de la Cruz. Cerca, en la calle Alfonso XII, sale el Santo Entierro acompañado de una representación civil, religiosa y militar de la ciudad. El final, siempre en San Lorenzo con la Soledad.