Brasil
Oro para el pulpo plata para Larissa y bronce para Carbonero
Primero fue Sara Cabonero y la portada inquisitva del Times, después el desnudo de Larissa Riquelme si Paraguay ganaba a España y ahora las predicciones del pulpo Paul, convertido en una estrella mediática capaz de apagar las conversaciones sobre fútbol.
¿Por qué se habla tanto o más del pulpo Paul que del fiasco de Messi y Ronaldo, de los goles de Villa o de las calamidades de selecciones históricas como Italia o Inglaterra? ¿Nos hemos vuelto locos? Parece que sí.
Lo cierto es que al mayor espectáculo deportivo del mundo le han salido competidores a partir de la irrupción mediática de dos mujeres (Sara Carbonero y Larissa Riquelme) y ahora de un cefalópodo que hace mucha gracia a todo el mundo, incluido al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y a varios de sus ministros.
El frikismo ha invadido el Mundial y se ha extendido a todos los ámbitos, incluido el de la política. ¿Tan malo está siendo el Mundial o es que no nos vale sólo con el fútbol? La pasión por el fútbol ha degenerado en algo parecido a un frikismo globalizado teñido con tintes patrióticos.
En ese podio a la frivolidad habría que darle la medalla de oro al pulpo Paul y sus eficaces tentáculos. La de plata podría ser para Larissa y su promesa de desnudarse si Paraguay ganaba a España. Y la medalla de bronce iría para la manipulación que se ha hecho de la figura de Sara Carbonero. La guinda la puso el Times al echar la culpa de la derrota española ante Suiza a la novia de Casillas. A partir de entonces, medio mundo se aprendió el nombre de la bella presentadora y en cada partido de "la Roja"se le hacen tantas fotos a ella como a cualquier jugador de la selección.
Cuando el torneo está a punto de concluir, las vuvuzelas han pasado a ser una cuestión menor en comparación con la popularidad alcanzada por Paul, una estrella mediática capaz de competir con Carles Puyol, David Villa, Wesley Sneijder o Arjen Robben, todos ellos llamados a destacar en la final del domingo entre Holanda y España.Sin embargo, no sólo de pulpos y vuvuzelas ha vivido el "otro Mundial". También lo ha hecho del balón Jabulani, que para muchos fue una pelota de supermercado. Para otros fue una pelota de playa, pero como el pulpo todavía no se había hecho famoso, ninguno supo si el balón era del lugar en el que vivía el famoso animal o de cualquier otro. La lista de los que van a triunfar queda para después de la final. De momento, en el capítulo de los menos favorecidos están Diego Maradona, no recuperado de las "trompadas de Mohammed Alí", o el equipo arbitral que no vio el gol de Inglaterra junto a Alemania.Todos ellos están acompañados, entre otros, de toda la serie de "Calamities"que han pasado por la portería inglesa y del delantero francés Nicolás Anelka, que sirvió una bandeja completa de insultos a su seleccionador, Raymond Domenech, en los ya lejanos tiempos del inicio del torneo.Es probable que el próximo Mundial, en Brasil, se declare como un territorio "libre de vuvuzelas", pero es seguro que, si la salud le acompaña, Paul volverá a ser uno de las estrellas de ese torneo.
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