Cataluña
Mas usa «Le Monde» para plantear que «Cataluña sea un Estado de la UE»
El president no descarta convocar un referéndum si el Gobierno no asume el pacto fiscal
BARCELONA – El Govern de CiU adora las entrevistas en medios extranjeros. Suelen ser una oportunidad magnífica para proyectar a nivel internacional sus ambiciones de inspiración nacionalista. Artur Mas engrosó ayer su colección con una entrevista en «Le Monde» en la que manifestó que «Cataluña podría ser perfectamente un Estado dentro de la Unión Europea». El presidente de la Generalitat expuso al vespertino francés su reivindicación del pacto fiscal en la línea del concierto vasco y abrió la puerta a convocar un referéndum en el caso de que el Gobierno rechace este acuerdo. «No descartamos esa opción, pero no está decidida», dijo.
En cada una de sus entrevistas con corresponsales extranjeros, Mas ha aprovechado para lanzar mensajes semejantes. Lo hizo en «Financial Times», en «The Economist», en «La Stampa», en «Frankfurter Allgemeine» y en la «BBC». En todos ellos ha flirteado con el ideario independentista sin llegar a abrazarlo. En ocasiones hablando de «emancipación», en otras sugiriendo que Cataluña podría ser «la Holanda del sur» y en otras advirtiendo de que «la opinión catalana se siente cada vez menos atada a España».
En «Le Monde», Mas optó por subrayar que España absorbe una parte «excesiva» de los recursos catalanes. Aseguró en esta línea que una Cataluña independiente contaría con entre 10.000 y 15.000 millones más de euros al año.
Su tesis es que la España de las Autonomías ha llegado a su fin y que Cataluña tiene que seguir su propio rumbo. Es lo que Mas llama «la transición nacional». «Cataluña es una nación y debe tener derecho a decidir su futuro. En ese esquema, podemos quedarnos cerca de España, incluso dentro. O podemos ir más lejos, incluso fuera. Es lo que será necesario determinar los próximos años», afirmó.
Llegada la independencia, Mas la imaginó de la siguiente manera: «Si un día tenemos un Estado, no tendremos ejército, ni política exterior propia, ni control de fronteras o aduanas, ni moneda, ni banco central. Pero tendremos políticas de proximidad, servicios públicos de base, infraestructuras, la seguridad interior y la fiscalidad».
En todo caso, ahora se conforma con un pacto fiscal que, según dijo, resolvería los problemas en sus finanzas públicas. El presidente catalán negó que este sistema –en el que Cataluña recaudaría todos los impuestos y su déficit fiscal se reduciría del 9 por ciento al 4 por ciento– ponga fin a la solidaridad entre regiones españolas porque Cataluña seguiría realizando aportaciones a las «regiones menos productivas».
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