México
El canto de las sirenas por Enrique López
La situación actual en Europa, y en concreto en España, me recuerda el pasaje de Ulises y las sirenas. Como es sabido, nos cuenta la historia de una sirenas cuyo cante era tan bello, que los marinos cuando las escuchaban, no podían resistírseles, arrojando sus naves contra los arrecifes. Cuando Ulises abandona la morada de la hechicera Circe, sabe que debe pasar cerca de la isla de las sirenas, y siguiendo los consejos de la hechicera, maquina una magnífica estrategia que le permite oír y a la vez salvar la nave y a sus compañeros. Tapa los oídos de sus hombres con cera después de haberles pedido ser atado al mástil, y así podrá saciar su curiosidad escuchando el canto de las sirenas, sin ceder a su encantamiento; ante el canto de las sirenas, melodioso y colmado de bellas promesas, Ulises les grita a sus compañeros para que lo desaten, y estos al no poder oírle, no le obedecen, superando el fatal destino. Europa vive atrapada en una especie de canto de sirenas, sintiéndose segura en su Estado del Bienestar, de su capacidad de producción, y de su papel central en el mundo; la realidad hoy es bien distinta, la llamada globalización y la universalización del mercado, hace que Europa tenga que competir con economías emergentes de todo tipo, economías que son mas competitivas. En algunos casos, gracias a su sistema social y político profundamente injusto, donde no se garantizan un mínimo de derechos laborales, donde ni tan siquiera buscan implantar un mínimo estado de bienestar, salvo para los mas ricos; pero lo cierto y verdad, es que son países exportadores de mercancías y manufacturas contra las que es muy difícil competir. Resulta necesario ante ello, afrontar cambios y ajustes que cuadren el círculo, esto es, sin abandonar un estado que garantice mínimos vitales, y que siendo solidario sea cada vez más eficiente, (la palabra más repetida en los últimos tiempos), que utilice racionalmente sus recursos, y que se acomode en definitiva a esta realidad. Hay situaciones, principios y normas, que cual canto de sirenas hay que abandonar, puesto que de no hacerse así, llegaremos a una situación caótica y profundamente convulsa, donde sobre el papel se seguiría garantizando los máximos del estado del bienestar, y en la realidad, no se podría ni garantizar los derechos más esenciales como consecuencia del caos que se puede llegar a generar. Esto exige esfuerzos compartidos entre todos los países europeos, entre todas las fuerza políticas en cada país, expresando la realidad de la situación, para así poder contar con el esfuerzo de una sociedad cada vez más asustada ante la situación actual. Hoy ya nadie duda de la gravedad de la situación, algunos han tardado, y se exige responsabilidad y esfuerzo colectivo, pero para ello se debe contar con todo lo que hay y con todos. El fundamento del Estado de Bienestar radica en la intervención del Estado y en el principio de solidaridad, en donde el reparto de la riqueza a través de los sistemas de protección social, es posible gracias a la solidaridad de las gentes entre sí y de unas generaciones con otras. Para ello el Estado contribuye al reparto de la riqueza a través de una política fiscal, que debe ser justa y equitativa, pero esta situación quiebra cuando no hay empleo, el paro disminuye los recursos económicos y cada vez hay menos que repartir. A esto se enfrenta Europa y especialmente España, y ante ello no valen ya cantos de sirena, o caer en la indolencia que produce considerarnos tan grandes como para que nos dejen caer. Al revés, el esfuerzo se debe redoblar y también los sacrificios, pero el esfuerzo y el sacrificio también debe ser repartido de una forma justa y equilibrada, no pudiendo recaer siempre en los mismos. En este conjunto de hechos, la vieja Europa, si quiere tener algún protagonismo, ha de competir. Un reciente estudio, afirma que dentro de cincuenta años, EEUU seguirá siendo la potencia dominante en el mundo, pero seguida de China e India, y en el horizonte, Brasil y México. Los economistas no se ponen de acuerdo en la intensidad de los esfuerzos, incluso algunos entienden que un esfuerzo excesivo contrae cada vez más la economía, y agrava más la situación, otros nos dicen que esto es como un tratamiento de quimioterapia, el paciente parece enfermar más, cuando realmente se está curando. En cualquier caso, a los que no sabemos de economía, sólo nos queda confiar en que las cosas se hagan bien, y sobre todo que haya suerte. Pero en lo que sí hay consenso, es que en Europa hacen falta responsables políticos con determinación, responsables y a la vez audaces, serios y a la vez imaginativos, tal cual Ulises superando los encantos y los peligros de las bellas sirenas. Nos va mucho en ello.
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