Zaragoza
Zapatero llama a la responsabilidad de los progresistas
Hoy el día va de encuestas. La Prensa apura las últimas horas previas al plazo legal que determina la publicación de la demoscopia. Y nada pinta bien para este PSOE que pasa tan fácil de la euforia a la depresión o viceversa y que lo mismo llena en tierra hostil que pincha en plaza propia.
Faltan cinco días de campaña y no han conseguido movilizar al 20 por ciento del electorado que aún se resiste a pasar por la urna. Y ni en esta plaza llamada de la Misericordia hay piedad con los socialistas. Zapatero «pincha». Ni la Virgen del Pilar, ni los recuerdos al trasvase del Ebro, ni los intentos de la organización por retrasar media hora el acto han podido evitarlo. Se esperaba aforo completo (12.000 personas), más con un secretario de Organización de la tierra. Pero no hay más de 7.500, aunque la cifra oficial llega a los 10.000 como a 10.000 llegó también la que dio el PP del acto de Rajoy sin ser cierta, según los gestores de la plaza. Decepción y melancolía de aquellos noventa en que sólo Felipe González llenaba este coso de puños y rosas, y en los primeros de los dos mil, Zapatero producía el mismo efecto.
Pero al presidente no le intimida la falta de afluencia, y alienta otra vez el voto del miedo: «Votar PSOE es defender la dignidad de todos los ciudadanos, vengan de donde vengan. Es indignante que un partido político democrático pueda decir lo que dice de los inmigrantes. ¡Y luego se extrañan de que les digamos que son derechistas y extrema derecha! ¿De qué cabeza y de qué corazón puede salir eso de que los inmigrantes son un peligro para la salud pública?». Las palabras son la señal de lo que vendrá, viene a decir, si el PP gana en las comunidades y los ayuntamientos («hablan así porque creen que están cerca del poder...»). Por eso llama a la responsabilidad de la «España progresista» ante el 22-M «España –dice– es una sociedad abierta y tolerante que quiere derechos para todos. Esa España de mayoría progresista es la que tiene que votar para frenar a esta derecha tan derechista».
Sigue con la proclama y ante las todavía adversas encuestas anima a «sudar la camiseta para remontar» en el final del periplo. Son ya los últimos minutos de un mitin en el que el presidente ha sacado a pasear a Aznar más que nunca: «Anda por ahí todo el día hablando, hablando y hablando... Y digo hablando por ser educado. Ayer me comparaba con Chaves y Castro. Pero su opinión ya no vale nada, después de lo que dijo de Gadafi». Rajoy también está en el repertorio y de él dice que es líder de «ni fu ni fa» y que «está tan acostumbrado a no poder celebrar victorias que celebra las campañas y los mítines. Seguirá, dice; esa inercia le acompañará también el 22 de mayo».
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