Barcelona
Núria de Gispert: «Los próximos años haremos menos viajes se han hecho muchos»
«El sueldo medio de un diputado en el Parlament es de 4.000 euros y no creo que sea desorbitado. Hay que defender la labor del diputado, e, incluso, diría que debe cobrar más»
BARCELONA- Se ha estrenado como presidenta del Parlament en el debate de investidura. ¿Qué sensaciones ha tenido?
– Creo que el debate ha ido muy bien, que ha sido de categoría. Todos los grupos se han comportado exquisitamente y los discursos han sido muy buenos y ha habido pocos reproches. Creo que se ha dado una imagen de seriedad y tenemos que estar orgullosos. En broma, le diré que incluso estoy contenta de haber sabido usar todas esas teclas tan extrañas que hay en la mesa del Parlament.
– ¿Su antecesor, Ernest Benach, ha querido aconsejarla?
– No, yo creo que a nuestra edad ya no se dan consejos. Lo único que ha querido es explicarme aquellos puntos que eran positivos trasladarme, pero fueron cosas muy evidentes como la representación exterior del Parlament. También me comentó lo que se había hecho en materia de nuevas tecnologías y, bueno, yo no seré tan forofa en este sentido porque no soy una entendida en este asunto y no pretendo serlo.
– ¿Quién es su referente como presidente del Parlament?
– Joaquim Xicoy y Joan Rigol. Son diferentes, pero son dos personas que me gustaron mucho y vale la pena fijarse en su experiencia.
– Explíqueme la importancia de que usted sea la primera presidenta del Parlament.
– Pues, muy sencillamente, porque en los segundos puestos predominan las mujeres, pero en los primeros no y no es porque valgan menos, sino porque tenemos una cultura en la que los hombres nunca dicen que no mientras que las mujeres piensan más en la mochila de sus responsabilidades que no permite decir que sí a la primera.
– ¿Usted dudó antes de aceptar la candidatura a la presidencia del Parlament?
– En este caso no porque tengo la vida privada solucionada, pero por ejemplo no acepté ser consellera de Justicia la primera vez que me lo propusieron. En cambio, ahora no me ha pasado porque ser presidenta del Parlament es el final de una etapa política larga y es un gran premio, lo que no significa que no lo asuma como una gran responsabilidad.
– ¿Le gustaría ser presidenta más de un mandato?
– Ni lo pienso, sólo pienso en esta legislatura.
– En el discurso que pronunció una vez elegida presidenta habló de una «nueva» relación con el resto de España. ¿Cuál debe ser?
– Quise hablar de la realidad y de la situación creada por la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut. En esta legislatura hay muchos interrogantes en este sentido y el Parlament tiene que trabajar para solucionarlos.
–¿Cómo le gustaría que se recordara esta legislatura?
– Por el consenso, por la seriedad y por la austeridad.
– ¿Y cómo va a impulsar esta austeridad? ¿Reduciendo el presupuesto del Parlament?
– Sí, creo que habrá una reducción del Presupuesto en la línea del año pasado y del otro, de un 4 o un 5 por ciento. Lo que quiero es que fijemos la atención en determinadas partidas como gastos de protocolo, relaciones públicas… Estamos en un momento de crisis y no podemos dar la espalda a un tema tan importante.
– ¿Qué ideas tiene?
– Intentaré, por ejemplo, que el 90 por ciento de las comidas y cenas que se derivan de los foros y conferencias que organiza el Parlament se hagan en nuestras instalaciones. Tenemos un servicio de restaurante que ha mejorado mucho y unos espacios muy dignos. Creo que así somos más austeros porque comer fuera siempre es más caro. Lo mismo con los viajes, que, durante años, se han hecho muchos. Seguro que en estos cuatro años haremos muchos menos.
– ¿Y qué hay del sueldo de los diputados?
– Pues mire, a mí cuando me dicen que ganan mucho yo digo que no es verdad. Un diputado no tiene una jornada de ocho horas, trabaja muchos sábados y domingos y tiene, además, las obligaciones derivadas de su partido. El sueldo medio de un diputado raso, sin cargos adicionales, son más o menos 4.000 euros y yo no creo que ése sea un gran sueldo porque es inferior al de un funcionario de la Generalitat de nivel 28-30. Creo que se debe defender la labor del diputado e incluso le diría que debería ganar más porque al final no encontraremos diputados en ningún sitio. Yo le puedo decir que si este mes cobrara el sueldo como diputada cobraría menos que en 2003 y eso no tiene sentido.
– ¿Entonces hay que descongelar el sueldo de los diputados?
– Esto dependerá porque estas decisiones sobre incrementos salariales van en la línea de lo que hacen las administraciones de la Generalitat y del Estado. Tenemos que estudiarlo y ver las diferencias que hay entre los diputados porque me gustaría que hubiera un plus para los que tienen mayor dedicación.
– ¿Y quién debe tener coche oficial? ¿Sólo la presidenta? ¿Toda la mesa del Parlament, todos los presidentes de grupo y todos los portavoces?
– El Parlament debe tener un pequeño parque móvil porque, por ejemplo, los vicepresidentes tienen que sustituir a la presidenta en algunos actos por motivos de agenda. Pero quiero reducir bastante el parque móvil y quizá cambiar de modelos.
–En el Parlament hay siete formaciones políticas con representación. ¿Esto complica la dinámica parlamentaria?
– Lo complica, de entrada, porque las sesiones plenarias y las comisiones van a ser más largos. También es más complicado el hecho de que haya más programas y más ideologías. Por tanto, los plenos que duran más de un día van a ser agotadores física y mentalmente. Hay que pensar en soluciones que a lo mejor no gustan a todos los grupos, pero hay que pensar en aligerar las sesiones, quizá reduciendo el tiempo de intervención de todos.
Perfil
Tantas veces la primera
Núria de Gispert (Barcelona, 1949) pasará a la historia por ser la primera mujer que ocupa la presidencia del Parlament de Cataluña y convertirse en la segunda autoridad catalana. Pero la vocación pionera de la actual presidenta de la Cámara catalana le viene de lejos. De Gispert fue también la primera mujer al frente de la conselleria de Justicia e Interior. Aunque es militante de Unió, su estrecha relación con Jordi Pujol le ha valido una relevancia sobresaliente entre los miembros de su partido. Y es que a De Gispert la afición por la política le viene de familia. Su padre, Ignasi de Gispert, fue también conseller de Justicia e Interior en el primer ejecutivo de Pujol. Trece años después, su hija ocupó el mismo cargo y allí superó una larga enfermedad y la muerte de su padre. En total fueron ocho los años que la actual presidenta estuvo en el Govern, primero en Justicia y después en Gobernación.
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