Grecia
Saqueo en el museo de Olimpia
Los recortes en seguridad animan a los ladrones a robar los tesoros de Grecia
Que los dioses ya no imponen respeto, se sabía. Pero la seguridad, en Grecia, tampoco intimida a los ladrones. Todas las crisis tienen sus consecuencias. Los recortes en el país heleno ha animado a los desaprensivos capaces de saquear el patrimonio universal para sacar tajada y un buen pellizco de dinero. En una nación con la economía casi en quiebra, eso envalentona a los ladrones. Ayer, a las siete y media de la mañana, dos de ellos entraron en uno de los museos del recinto arqueológico de Olimpia. Aprovecharon que se había desconectado momentáneamente la alarma para, armados con Kalashnikov reducir a la vigilante, inmovilizarla y atarla a una silla, según Efe. Querían oro (unas coronas exactamente). Los objetos más valiosos. Esos que son fáciles de vender, o de fundir, ahora que el metal dorado ha recobrado su antiguo papel y se ha convertido en un valor seguro. La falta de un sistema de seguridad apropiado y la escasez de vigilantes propiciaron este asalto.
Valor incalculable
No encontraron lo que buscaban, pero en las vitrinas había muchas piezas suspicaces de introducirse en el mercado negro sin dejar rastro. La mayoría eran de bronce, pero eso no quiere decir que no posean valor. Al revés, tienen uno incalculable. De hecho, después de romper los cristales, cogieron entre 65 y 68 objetos de esta naturaleza. La alarma se ha extendido por el país. No es la primera vez que sucede. El hecho, además, de que andaran detrás de piezas arqueológicas de oro ha causado una gran alarma. «Durante un año y medio pedimos al Ministerio que tomase medidas para mejorar la seguridad y nunca obtuvimos una contestación», denunció ayer mismo el presidente de la Asociación de Amigos del Museo de Olimpia, Yorgos Jasomeris. Este suceso también tiene sus consecuencias. Aunque el valor total de las obras que se han sustraído no está todavía determinado, el ministro de Cultura griego, Pavlos Geroulanos, ya ha presentado su dimisión, al primer ministro, Costas Papademos. Otra más que se suma a la serie de dimisiones que, desde que comenzó la recesión económica mundial, se han sucedido en el Gobierno griego, acentuando así una crisis también política. La policía ya ha emprendido la búsqueda de los ladrones.
Un Picasso todavía desaparecido
No es el único robo que se ha producido en el país durante los últimos meses. Hace poco, los griegos comprobaron cómo una banda de ladrones entraba en un museo ateniense y se apoderaba de «Cabeza de mujer», un lienzo que Picasso donó –estaba expresamente dedicado por él– al pueblo heleno por su valeroso comportamiento durante la ocupación nazi. Junto a esta pieza, también se llevaron dos cuadros más. Las causas parecen las mismas. Recortes en las medidas de seguridad.
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