El Cairo
Gadafi castiga otra vez Misrata con cohetes pese al anuncio de retirada
Otra mentira, otra trampa y otro alto el fuego no respetado por Gadafi. Un día después de que el Gobierno de Trípoli anunciara que retiraría a sus tropas de Misrata –ciudad que asedia desde hace prácticamente dos meses–, la violencia proseguía y con más intensidad si cabe.
Las fuerzas del Coronel bombardearon ayer barrios de Misrata bajo control rebelde y el centro de la ciudad, donde hasta el sábado se situó el principal frente de batalla y que ahora está en manos de los rebeldes, que han ganado terreno a sus enemigos, los cuales se han replegado a las afueras de la ciudad. Los hombres de Gadafi se situarían en la parte oeste de Misrata, desde donde lanzaron durante el día de ayer cohetes Grad –que tienen un alcance de 40 kilómetros– e incluso un misil Scud, según informaron medios árabes.
Pocas horas antes, el viceministro de Asuntos Exteriores, Jaled Kaim, aseguraba que su Ejército había detenido las operaciones en la ciudad, matizando su anuncio anterior de un repliegue de las tropas de la tercera ciudad de Libia. Ninguno de los dos anuncios se ha demostrado cierto, aunque puede que sí lo sea la advertencia de que las tribus serán ahora las que se harán cargo de la situación en Misrata, ya que éstas podrían decidir el desenlace de la batalla por la ciudad, colaborando activamente o encubriendo a Gadafi. Kaim dijo que los líderes tribales tienen un plazo de 48 horas para encontrar una solución pacífica al conflicto en Misrata.
La tribu de esta ciudad estaría con los rebeldes y por ello Misrata ha resistido durante tanto tiempo frente al régimen y los clanes que todavía le apoyan –especialmente el de Gadafi, originario de la vecina ciudad de Sirte–, tradicionales rivales en la zona. El dictador podría sustituir a sus soldados uniformados por las milicias tribales, que no podrían ser atacadas por la OTAN porque son civiles. Otro truco sería ganar tiempo mientras las tribus estén supuestamente negociando con los rebeldes, algo que éstos han negado que esté teniendo lugar. O las tribus podrían simplemente ser una tapadera mientras Gadafi se prepara para un ataque definitivo y brutal, y se recupera de las pérdidas sufridas en los combates y bajo los bombardeos aliados contra su artillería pesada.
Mientras, la situación sigue siendo dramática para los civiles en la ciudad de 300.000 habitantes, muchos de los cuales no tienen agua corriente, ni luz, y empiezan a escasear los alimentos, tal y como denuncia la ONG Emergency desde Misrata. Este fin de semana, su equipo de médicos ha registrado el saldo más elevado de heridos y muertos de los últimos días: desde el sábado, cuando Trípoli anunció su «alto el fuego», habrían fallecido al menos 36 personas y más de 100 estarían gravemente heridas.
Por otra parte, el presidente del Consejo Nacional rebelde, Mustafa Abdel Jalil, aseguró que Kuwait va a aportar 124 millones de euros a las arcas de los sublevados. «Servirá para pagar los salarios de los funcionarios, que llevan dos meses sin cobrar».
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