Iglesia Católica

Un millar de oraciones contra los desnudos

La capilla de Somosaguas se abarrotó en la misa de desagravio

Minutos antes de la misa, los ánimos estaban caldeados. Una joven que acudió a la capilla relataba cómo la asociación Contrapoder, en un acto convocado para reivindicar el feminismo, se reunió en Somosaguas.
Minutos antes de la misa, los ánimos estaban caldeados. Una joven que acudió a la capilla relataba cómo la asociación Contrapoder, en un acto convocado para reivindicar el feminismo, se reunió en Somosaguas.larazon

MADRID-Media hora antes de la misa, ya no se cabía en la capilla del campus: un espacio pensado para unos 60 fieles se llenó con 120. Y fuera, unos 800. Dos tercios de los asistentes eran estudiantes y jóvenes. El resto eran profesores, personal universitario y algunos jubilados que habían querido acudir a rezar en reparación por la profanación.

La capilla, abarrotada, un espacio semienterrado, de techo bajo, con velas y poca luz, parecía acoger una misa en las catacumbas, a la vez intensa, serena y devota... y con cierta sensación de persecución en el aire. Dentro y fuera, con discreción, vigilaban policías de paisano.

Acompañado por ocho sacerdotes, incluyendo al delegado de Pastoral Universitaria y al capellán del campus, celebró el obispo auxiliar de Madrid, César Franco. El Evangelio era muy interpelador, justo cuando cuatro implicados eran detenidos e interrogados. «Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, no sea que te entregue al juez y te metan en la cárcel», resonaban las palabras de Jesús.

«Revivimos los sentimientos de indignación y repulsa por la profanación de esta capilla», predicó el obispo. «Pedimos al Señor que convierta hacia sí el corazón de quienes lo hicieron y recapaciten sobre su conducta y actitudes blasfemas, que han herido hasta lo más hondo nuestras creencias religiosas. La liturgia sagrada une el cielo y la tierra en un lugar santo, que queda invadido por la presencia de Dios», añadió. Por eso, el templo no es un sitio cerrado: «Por ser la casa de Dios, está abierto a todos, creyentes o no, y son muchos los que, al entrar en el templo, han recuperado la fe, la paz interior y el sentido de su misma existencia». De ahí que «cualquier persona con un mínimo sentido ético, aun sin poseer la fe religiosa, sabe que un templo debe ser respetado por todos los hombres. Quizá algunos jóvenes que participaron en estos actos no fuesen plenamente conscientes de lo que hacían, o se dejaron llevar por impulsos de masa, o por otros compañeros que los indujeron a esta acción reprobable. Pidamos por ellos para que reciban la luz de la verdad, se conviertan y vivan en la verdad».

Fuera de la capilla, la multitud seguía la liturgia a través de un megáfono. Aunque no era muy potente, cuatro estudiantes de Psicología en la periferia de la muchedumbre se quejaban de los católicos: «No tenemos por qué escuchar la misa». Darío, un estudiante, les respondió: «El campus es grande y hay mucho sitio. Cuando hay botellón y ponen la música a tope, nadie se queja». Octavio Ruiz Manjón, catedrático de Historia Contemporánea, detallaba que «un momento de oración no es una provocación. Son muchos los no creyentes que han venido hasta aquí para mostrar su respeto». María, una estudiante del campus, lo explicaba con claridad: «Esta oración es un acto de desagravio, que no busquen nada más, no lo hay. No veo por qué quieren borrar del mapa la capilla. Es igual que las instalaciones de deportes, salas de lectura o locales de otras asociaciones».

En el momento de la Consagración, el silencio era impresionante fuera de la capilla. «Me ha sorprendido y gustado ese silencio», explica Ignacio Saavedra, un voluntario del servicio de orden. En el interior resonaba la música de la Comunión, con coro, guitarra y violín, muy hermosa, con canciones de Hermana Glenda.

Al acabar la misa, el obispo César Franco salió entre aplausos. «Lo mejor que podíamos hacer ya está hecho, que es rezar y estar con el Señor», dijo a LA RAZÓN. ¿Y los asaltantes? «Los invitaría a reflexionar, a que recapaciten».


Malestar en el campamento antisistema
Minutos antes de la misa, los ánimos estaban caldeados. Una joven que acudió a la capilla relataba cómo la asociación Contrapoder, en un acto convocado para reivindicar el feminismo, se reunió en Somosaguas. «Una chica se dirigió a la gente y les dijo que a las 13:30 irían a la misa», afirmó. ¿El motivo? La detención de sus compañeros. Otra estudiante afirmó que Jaime Ferri Durá, profesor y vicedecano de Estudios y Asuntos Económicos, acompañó a Contrapoder en dicha reunión. «Dijo que esperaba que no se produjeran altercados. Pero también que no se achantaran en pos de la libertad de expresión. Todos le vitorearon». Ferri acusó a la Prensa de haber sobredimensionado la polémica, si bien reconoció no haber leído ni una línea de lo publicado. Eso sí, intentó calmar los ánimos cuando una reportera de Antena 3 quiso grabar a unos estudiantes apostados. No en vano, Ferri les suele apoyar. Fue firmante de un manifiesto en el que las asociaciones implicadas en el ataque acusaban a la Iglesia de llevar a cabo una «santa cruzada contra la liberación sexual».


Cronología de los ataques
10 de marzo
Unos 40 estudiantes de la Facultad de Políticas de la Complutense irrumpen en la capilla de la universidad, se desnudan de cintura para arriba en y leen una proclamas anticlericales.
11 de marzo
El rectorado de la Complutense ordenó la apertura de una investigación para depurar las responsabilidades del ataque a la capilla. La asociación Contrapoder reivindica el acto.
12 de marzo
Los jóvenes que asaltaron la capilla colgaron en internet las imágenes de cada uno de los pasos que siguieron en su protesta. LA RAZÓN fue el primer diario que publicó las fotos al día siguiente.
14-15 de marzo
Los estudiantes que participaron en la protesta aseguran que únicamente ejercieron su «libertad de expresión». La Comunidad y Concapa piden la dimisión del rector, Carlos Berzosa.
17 de marzo
Medio millar de profesores y personal universitario firman, en su día de lanzamiento, la denominada «Declaración de Somosaguas» para condenar los hechos sucedidos en la capilla.
18 de marzo
La Policía detiene y posteriormente deja en libertad a cuatro alumnos de la Complutense a los que se les imputa un delito contra la libertad de conciencia y los sentimientos religiosos.