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El PSOE toma oxígeno
Rubalcaba anota su primera buena noticia como secretario general
MADRID- Alivio y esperanza para un partido que llevaba meses sumido en la depresión profunda. El PSOE salvó ayer in extremis –pese a perder 600.000 votos respecto a 2008– su feudo más preciado y con él lo que hubiera sido un descalabro histórico de incalculables consecuencias internas. Y, aunque Asturias era una anécdota en la jornada, el hecho de recuperar la primacía política tan sólo diez meses después de perderla fue motivo también para la algarada.
No en vano, Alfredo Pérez Rubalcaba anota su primera buena noticia desde que fue elegido secretario general y José Antonio Griñán, por su parte, se consolida como jefe de los socialistas andaluces. Eso por no hablar de otras muchas derivadas internas que puedan producirse como consecuencia de que el líder de los socialistas andaluces se convierta en el único secretario general del PSOE con poder institucional, además de Patxi López. Había muchos que, en el sur y en el centro, aguardaban su derrota. Ahora, Andalucía hará de contrapeso al inmenso poder que acumula el PP que, por el contrario, anota un sonoro fracaso al no lograr Javier Arenas la deseada mayoría absoluta en una Comunidad que no ha conocido jamás la alternancia . Ni a uno ni a dos: los populares se quedaron a cinco escaños de la mayoría que les hubiera permitido gobernar, aunque por primera vez en la historia se convirtiera en el partido más votado.
Fallaron, pues, todas las encuestas y todos los pronósticos, incluso las que manejaban los propios socialistas que en las últimas semanas daban por descontada su derrota y por garantizada la mayoría absoluta del PP.
Así que fue Griñán, presidente también del PSOE, quien proporcionó el primer rayo de luz a un partido sin oxígeno, que sumaba dos derrotas electorales en seis meses. Los resultados, claro está, se leyeron en clave nacional en la calle Ferraz, donde la dirección federal celebró que Mariano Rajoy pagara en Andalucía y en Asturias «la factura de la reforma laboral y la subida de impuestos». Lo dijeron de otro modo: «No ha cumplido los primeros cien días de Gobierno, y ya ha anotado su primera derrota electoral». Y eso que el PSOE-A luchaba no sólo contra los ecos de la gestión del último Gobierno del PSOE frente a la crisis, sino también contra la sucesión de escándalos por corrupción y despilfarro acumulados tras 30 años de gobierno.
«El supuesto giro a la derecha fue una vana ilusión. Entre el 20-N y hoy ha cambiado claramente la tendencia de voto», afirmó anoche una contenida Elena Valenciano, que no quiso analizar si el resultado refuerza el liderazgo de Rubalcaba. Anoche era momento para el escrutinio y algunos datos cantaban la «Traviata»: en noviembre, el PP ganó en Asturias al PSOE por 6 puntos; anoche, los socialistas se impusieron por 10. En Andalucía, los populares ganaron hace cuatro meses por 9 a los socialistas; ayer, sólo por uno.
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