La peor imagen posible

Con todas las miradas puestas en España –especialmente para medir los pasos que afrontamos para resistir los embates de la crisis económica– las algaradas callejeras y la coherción al político cuando va precisamente a ejercer su labor ante la recesión hacen flaco favor a nuestra imagen en el exterior. Ello, sumado a la estupefacción que produce asistir a los coletazos de un Gobierno a la deriva que se resiste a asumir la necesidad de su marcha tras la debacle vivida en las urnas el 22-M.

La prensa internacional seguía desde hace días las acampadas y las reivindicaciones que habían nacido en la calle en las jornadas previas a las pasadas elecciones autonómicas y locales. Pero el paso dado ayer por los «indignados» ha sido un punto de inflexión del que han tomado buena nota los medios fuera de nuestras fronteras. Así, por ejemplo, la BBC recogía en su edición digital la asonada en las inmediaciones del Parlament catalán, que comparaba con los últimos sucesos vividos en Atenas. «Una multitud enfurecida persigue a los diputados catalanes», titulaba el medio británico. Fue la tónica en otros medios que reflejaban la vergonzosa jornada vivida en Barcelona. La peor noticia que podíamos dar.