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El Gobierno no se moverá pese a la amenaza sindical
MADRID- El Gobierno no modificará sus reformas ni tampoco su política de ajustes en el gasto público por la presión de la izquierda en la calle. Ayer no sorprendió el coqueteo de los sindicatos con la huelga general, aunque al Ejecutivo sí le preocupa que se extiendan los altercados en las protestas estudiantiles.
La decisión es «no provocar ni cometer errores» que sirvan de excusa a los grupos más radicales para caldear aún más la calle, pero, al mismo tiempo, mantenerse firme en la defensa del orden público y en la exigencia de que todas las manifestaciones se ajusten a las condiciones que marca la ley.
En lo que afecta a la reforma laboral, su tramitación parlamentaria seguirá su curso bajo una oferta general de diálogo, pero «para tirar hacia adelante», como precisó ayer el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Alfonso Alonso, después de reunirse con la ministra de Empleo, Fátima Báñez.
«Estamos dispuestos a mejorar el texto, pero para ir hacia adelante y no hacia atrás, porque el modelo anterior ya sabemos qué resultado ha dado», explicó el dirigente popular, criticando así las «posiciones numantinas» en las que entiende que se ha colocado el PSOE.
Alonso sentenció que al Gobierno y a su partido no le dan miedo las movilizaciones, sino el paro. E insistió, asimismo, en que la reforma laboral presentada por el Gobierno es «imprescindible» porque España está en una «situación social insoportable».
«Es imposible que en España haya más despidos que los que ha provocado el PSOE con sus gobiernos. En la última Legislatura perdieron su trabajo 3,6 millones de personas. Nunca se ha despedido tanto ni de forma tan masiva. Ése es el efecto del mercado de trabajo que defiende Rubalcaba y hay que acabar con eso porque los trabajadores están abrasados», añadió. La reforma laboral será convalidada por el Pleno del Congreso el próximo 8 de marzo.
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