Andalucía
OPINIÓN: Soplar o sorber
En este mundo hay tres clases de personas: las que soplan, las que sorben y las que miran. Empiezo por las últimas, que el mirón suele aparecer en las mayorías, se asoma a las obras de la calle con las manos atrás, critica, se pone de perfil y luego nunca se moja, pero ahí está, sobreviviendo como parte fundamental de las estadísticas en la casilla del no sabe, no contesta. Personalmente las detesto, porque nunca pierden hasta que el techo se les cae encima o le tocan el culo a su novia en el baile. Entonces, o soplan, o sorben con ansia. Y ahí llegamos a mis dos favoritos, los que soplan y los que sorben, que por lo menos se decantan por algo. Pero ocurre que desde hace tiempo en España se está afianzando una nueva categoría, que es la del que sopla y sorbe a la vez. Ejemplo: tú no puedes ser eurodiputado y viajar en primera con lo que está cayendo, chaval. Digo más: tampoco puedes estar representando a tus ciudadanos en un ayuntamiento, diputación, autonomía o ministerio y no querer poner el culo en turista. Otro: no puedes ser hijo del Presidente de Andalucía y campar por el cortijo como si fueras el señorito de los santos inocentes. El tercero: tu vida laboral no puede comenzar el día que naces para beneficiarte de un ERE escandaloso y podrido. O soplas, o sorbes, que las leyes de la física dicen que es imposible lo uno y lo otro al mismo tiempo. Pero con esta casta de políticos que nos desgobierna desde el privilegio, lo mismo se ha producido una explosión evolutiva y nos ha nacido sin darnos cuenta y al amparo de la democracia un nuevo especimen que sopla y sorbe simultáneamente. Un X-men del chupe totalmente adaptado al ecosistema de la subvención e inmune a la ética. Una alegría. Que haya alivio y sálvese el que pueda, amigos.
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